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Riazor roza el récord en el día de Cris Martínez

La asistencia se queda a un paso de la más alta del Dépor Abanca en el estadio - La capitana celebra ante 7.527 espectadores los 200 partidos como blanquiazul

Cris Martínez, con el presidente deportivista y Carlos Ballesta.  // RCD

Cris Martínez, con el presidente deportivista y Carlos Ballesta. // RCD / M. Otero

Marcos Otero

Marcos Otero

Riazor no se quedó lejos del récord que estableció aquel Dépor Abanca que enamoró en su estreno en la máxima categoría en la temporada 2019-20. La asistencia contra el Europa en un duelo clave por el ascenso estuvo cerca de aquellos 7.569 espectadores que acudieron a la eliminatoria de Copa de la Reina contra el Valencia poco antes de que la pandemia del COVID trastocara el mundo entero. Hubo 7.527 aficionados, muy cerca de aquel récord, y un buen ambiente en el estadio para un partido marcado en rojo en el calendario desde hace semanas.

Riazor roza el récord en el día de Cris

Riazor roza el récord en el día de Cris / M. Otero

Tres de las gradas del anillo inferior de Riazor agotaron sus localidades, pero la tarde pudo desanimar a algunos. Hubo, sobre todo, niños y niñas, que fueron testigos de un acontecimiento histórico para el Deportivo Abanca a pesar de que el resultado no fuese el deseado.

Riazor roza el récord en el día de Cris

Riazor roza el récord en el día de Cris / M. Otero

Cris Martínez, capitana del equipo, disputó su partido 200 con la camiseta del club y con Riazor como testigo. Lo más probable es que siga sumando todavía en una cuenta que arrancó en el verano de 2016, con la puesta en marcha de aquel proyecto femenino blanquiazul. Es la única superviviente de la plantilla original, también de la que logró el ascenso en 2019 —está también Lía, pero su presencia en el club no ha sido ininterrumpida— y podría firmar uno más si todo acaba con final feliz. Una futbolista histórica que recibió una camiseta conmemorativa de manos del presidente deportivista, Álvaro García Diéguez, y del exjugador Carlos Ballesta, además del cariño de un Riazor que se fue animando a medida que caían las ocasiones del lado del conjunto de Irene Ferreras. Hubo impaciencia también porque el gol no terminó de llegar, a pesar del carrusel de oportunidades que acumularon las deportivistas antes del descanso, alegría por el tanto de Ainhoa y una decepción final inesperada en el día de Cris.