La defensa arriesga, el Dépor gana: “La clave es hablar entre nosotros”

La versión más valiente sin balón es la más efectiva en liga

El equipo de Idiakez es el conjunto que menos goles ha encajado en la segunda vuelta

“Me gusta mucho jugar así”, defiende Pablo Martínez

El central francés del Deportivo, Pablo Martínez, realiza un golpeo de balón con su pierna izquierda en el partido ante el Cornellà |  // LOF

El central francés del Deportivo, Pablo Martínez, realiza un golpeo de balón con su pierna izquierda en el partido ante el Cornellà | // LOF / xane silveira

Xane Silveira

Xane Silveira

El Dépor de las victorias abultadas, los triunfos en cadena y una remontada de más de diez puntos sobre sus rivales directos es también el equipo más sólido de la competición. Los números refrendan una mejoría voraz en su área que le ha convertido en la escuadra que menos goles ha encajado en la segunda vuelta del campeonato. Después de once jornadas, los blanquiazules tan solo han recibido seis goles. Solo Nàstic (7) y Unionistas (7) aspiran a unos datos similares. La clave: una presión alta e intensa para recuperar cuanto antes el esférico y dominarlo el mayor tiempo posible. Imanol Idiakez pide a sus pupilos riesgo y recoge los frutos de un trabajo coral. “La clave es hablar entre nosotros”, explicó el zaguero Pablo Martínez en una entrevista en LA OPINIÓN.

La buena segunda vuelta del equipo coruñés le ha convertido en el rival a batir. A falta de ocho jornadas para el final, echar la vista atrás es sinónimo de arquear las cejas. Da vértigo la distancia que en 2024 (y el final de 2023) el Dépor ha recortado hasta situarse en lo más alto. Los pupilos de Idiakez cerraron la primera vuelta con un bagaje de 16 goles encajados. Cuatro meses después, son 22 en total. Nadie ha recibido menos en contra en este tiempo. Además de los casos más cercanos ya mencionados, están Barça Atlétic, Ponferradina, Tarazona y Arenteiro (9); Cultural (10), Celta Fortuna (12) o Teruel y Real Unión (13).

No existe un factor único, aunque lo cierto es que el trabajo táctico ha afinado a un Deportivo en el que todos trabajan para el colectivo. Distinguiendo las tres fases del juego sin balón, el equipo coruñés es capaz de ser dominante primero a través de su presión tras pérdida. Cuando el rival le arrebata el esférico, todos se mueven a una para intentar recuperarlo con rapidez. “Cuando la perdemos somos siete u ocho para correr y a defender otra vez. Eso es la hostia”, explica el central galo, que desgrana algunas de las claves defensivas del equipo.

Otra, la más notoria, es la defensa posicional. El Dépor pasa mucho tiempo lejos de Germán Parreño. Muy lejos. Los Pablos, directores del ejercicio, tiran una línea muy alta que se puede distanciar en más de 50 o 60 metros de la portería en los inicios de juego de los rivales. “Somos un equipo que presiona muy alto y a veces olvidamos qué tenemos detrás. Queremos tanto robar la pelota que a veces no vemos qué sucede y es peligroso”, analiza Martínez, que cree que es “muy importante” que en un equipo haya jugadores “que hablen en el campo” para vigilar todas esas situaciones.

Pablo Vázquez, durante un encuentro en Riazor. |  // CARLOS PARDELLAS

Pablo Vázquez, durante un encuentro en Riazor. | // CARLOS PARDELLAS / xane silveira

Un ejemplo fue en el duelo ante el Rayo Majadahonda, en el que Pablo Vázquez podía perseguir a Alberto Fernández hasta casi la zona de medios. Por detrás, mínimo, tres jugadores vigilaban su marca y el espacio vacío. Los laterales, que en ataque pueden ir muy altos o alternar avanzando uno sí y otro no, sin balón son claves porque deben descifrar cada situación. “Queremos presionar, los equipos lo saben y atrás lo tenemos que arreglar entre tres, porque a veces uno salta”, analiza Pablo Martínez sobre las dificultades de defender tan alto en una ecuación en la que todos los jugadores se involucran. También José Ángel y Villares, habitualmente más adelantados, en especial el de Samarugo. En el caso del centrocampista andaluz, su tendencia es a ser el perfil que se queda más retrasado en las presiones y el que se encarga de las correcciones a campo abierto.

No es casualidad la edad media de la zaga blanquiazul (33,5 años). Todos saben cuál es su papel y un error se paga caro. El francés considera fundamental la veteranía: “Claro, claro (importancia de la experiencia), sabemos lo que tenemos que hacer. Nosotros tenemos que apretar muy alto, estamos siempre en la mitad del campo hacia adelante y tenemos que correr mucho para atrás. Sabemos que tenemos que jugar con eso. A veces nos equivocaremos, pero de momento nos funciona”. Añade que un error atrás se paga mucho más caro que en el frente de ataque: “Puedes hacer el partido de tu vida, te equivocas y la gente solo se va a acordar de eso. Pero es así. Vivimos con eso y no pasa nada” .

La mejoría del Deportivo va desde Germán Parreño hasta el frente de ataque. Todos son fundamentales para que el engranaje funcione. Los puntos son el fruto de un ejercicio que Idiakez ha pulido poco a poco, cada día con diferentes matices para no dejarse sorprender por los rivales. A ocho partidos del final, el ascenso también pasa por mantener el buen estado de forma defensivo.