Deportivo

Diego Villares no necesita ‘highlights’

El mediocentro de Samarugo está de dulce y volvió a firmar un partido sensacional

Diego Villares realiza un pase en el partido entre el Dépor y el Unionistas

Diego Villares realiza un pase en el partido entre el Dépor y el Unionistas / Miguel Miramontes

Xane Silveira

Xane Silveira

No sale en los resúmenes de los partidos ni en las votaciones a mejor jugador, pero siempre está presente entre los notables de cada trimestre. Diego Villares escribe su propia historia a mano y está empeñado en que este curso venga acompañada de un ascenso. El de Samarugo volvió a brillar en casa en una nueva exhibición de sus variadas cualidades y una muestra más de su crecimiento a cada jornada que pasa. “Sabíamos que iba a ser mejor futbolista cada día”, dijo su entrenador postpartido. Idiakez recuperó su versión más ofensiva, aquella que se destapó el pasado curso desde el interior derecho, pero ayer también la mezcló con su cara de pulpo para llegar a robar a cualquier zona del campo y la juntó con su forma de centrocampista posicional para dar pausa cuando la jugada lo requería.

De su triángulo con Mella y Ximo Navarro nacieron la mayoría de las conexiones y llegadas peligrosas de la primera parte. Si Mella abría hueco, Villares percutía y rompía al intervalo entre el central y el lateral arrastrado. Para no caer en la reiteración, en otras acciones era Ximo el que doblaba por fuera al de Espansade, cuando este se metía por dentro para dañar entre líneas, y Villares se juntaba a Pablo Vázquez en salida de balón para permitir toda la cadena. Una ficha se mueve, un espacio se genera. Y ahí el 8 lee la jugada como si él ya la hubiese visto antes.

Con el marcador favorable, se atrevió a hacer una de las suyas. Cuando un mediocentro recibe de espaldas, él huele la sangre. Esta vez atreviéndose a dar rienda suelta a su (buen) golpeo con un disparo que no entró por poco. Y cuando el partido requería brega, ahí siguió un Villares que parece tener un pulmón más que sus compañeros. Sonreía Idiakez al ser preguntado por su centrocampista más fiable. Su techo es difícil de descifrar cuando cada día da un paso más.

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