Lucas espanta el dolor con golazos

El delantero protagoniza un partido redondo en su regreso tras los problemas de rodilla

Lucas celebra su gol a la Cultural ayer en Riazor. |  // IAGO LÓPEZ

Lucas celebra su gol a la Cultural ayer en Riazor. | // IAGO LÓPEZ / M. Otero

Marcos Otero

Marcos Otero

Cuatro jornadas después y superadas sus molestias en la rodilla izquierda, volvió Lucas Pérez. Tardó más de lo que a todos les hubiera gustado porque al delantero coruñés le molestaba especialmente la articulación cuando golpeaba el balón. No era poco tratándose de él y podía haber ciertas dudas sobre su estado real después de un mes al margen y todo el misterio que rodeó a su lesión. Tardó en despejarlas lo que al equipo le llevó sacudirse un arranque dubitativo.

Al Dépor no le sentó bien la apuesta por Hugo Rama en la banda izquierda como sustituto de Yeremay. Se le vio incómodo en un traje que no le encajaba, pero se fue encontrando mejor en cuanto Lucas empezó a aparecer entre los delanteros y los centrocampistas.

El Deportivo, sin embargo, necesitaba estirar a la Cultural, conseguir que separase la líneas para encontrar los espacios en los que habitualmente suele flotar Yeremay. Ayer no estuvo y se notó que había menos jugadores para desordenar a un buen rival.

Tampoco pudo correr demasiado el conjunto de Idiakez, pero en una de esas Mella cazó un balón al espacio con metros. Lo frenaron como pudieron y el balón quedó muerto a los pies de Lucas. Habría 30 metros de distancia a la portería, suficientes como para comprobar qué tal estaba realmente esa rodilla izquierda. El gol dejó constancia de que Lucas había regresado con garantías, toda su actuación posterior puso de manifiesto la importancia de su fútbol para el equipo, por más que su ausencia se saldara con pleno de triunfos. Cuatro que con el de ayer son cinco y enfilan el objetivo para los blanquiazules.

Lo hizo todo bien y permitió que otros se sumaran a la fiesta que vivió ayer Riazor, que disfrutó y soñó a partes iguales. A Davo le regaló alguno que no entró, porque el asturiano lo reservó para aliarse con Cayarga.