La Bolsa acogió ayer con júbilo los resultados del Banco Sabadell, que obtuvo hasta septiembre un beneficio de 247,8 millones, un 56% menos que en el mismo periodo de 2017 tras los ajustes hechos por las ventas de carteras institucionales y las provisiones extraordinarias derivadas de la migración de su filial británica TSB. Las acciones de la entidad presidida por Josep Oliu registraron el mayor avance del Ibex-35, con una subida del 5,13%. El negocio bancario del grupo mostró una evolución positiva en los tres primeros trimestres, con un margen de intereses de 2.742 millones de euros, un 0,2% interanual más, y unas comisiones netas de 978 millones, un 8,6% superiores a las de 2017. El crédito aumentó un 5,4%, tanto a clientes profesionales como a particulares.

El consejero delegado del Sabadell, Jaime Guardiola, expuso durante la presentación de resultados que, a su juicio, no tiene sentido aplicar la retroactividad al impuesto de actos jurídicos documentados que hasta ahora paga el cliente cuando firma una hipoteca. Pero si el Tribunal Supremo finalmente decide que sea el banco quien cargue con este impuesto, que recaudan las comunidades autónomas, Sabadell acatará ese cambio de criterio. A Guardiola, sin embargo, le parece que "lo razonable" es que sea a futuro.

En cuanto a la evolución del negocio de la marca del grupo en Galicia, Sabadell Gallego, sumó más de 12.500 clientes hasta septiembre y alcanzó los 6.690 millones de euros de volumen de negocio, lo que representa un incremento del 6% respecto al año anterior. El saldo de la inversión crediticia al cierre del tercer trimestre del ejercicio se situó en 2.672 millones de euros, con un incremento interanual del 11,1%.