El dueño de Alu Ibérica se presentó al fondo suizo Parter como proveedor de chatarra

Rüdiger Terhorst, el primer comprador de las fábricas de aluminio de A Coruña y Avilés, asegura que no investigó la solvencia de Víctor Rubén Domenech

Instalaciones de Alu Ibérica en el polígono de A Grela.

Instalaciones de Alu Ibérica en el polígono de A Grela. / Víctor Echave

Saúl Fernández

El dueño de Alu Ibérica es, de momento, Víctor Rubén Domenech. Sin embargo, para llegar ahí hubo de representar varios papeles secundarios anteriormente. El financiero Rüdiger Terhorst, quien fuera socio director del fondo Parter Capital, dice que le conoció como proveedor de chatarra de aluminio en varios encuentros que había tenido en septiembre de 2019 con BCT Metals, una exportadora que se había ofrecido a vender la materia prima necesaria para poner en marcha la fábrica de aluminio de Avilés.

La gestión de Domenech está siendo fiscalizada por el Juzgado Central Número 3 de la Audiencia Nacional, el que dirige la magistrada María Tardón. Domenech es el tercer dueño de la fábrica aluminera en poco más de dos años: en 2019 la multinacional Alcoa vendió a Parter Capital Group y en 2020 este fondo suizo que entonces dirigía Rüdiger Terhorst, la revendió a Domenech. Y lo hizo, según confesó el propio Terhorst a la magistrada instructora del caso de saqueo de las plantas alumineras, el pasado 2 de febrero, sin haber investigado la solvencia de Domenech.

Esta circunstancia —negociar con alguien cuya capacidad de respuesta dineraria era desconocida— intrigó a la magistrada. Terhorst dijo que dio el paso adelante porque Domenech aseguró que venía respaldado por la empresa de capital ruso Aquila Shipping & Shipmanagement GmbH. Terhorst aseguró a la magistrada que habló con ellos y que le confirmaron que sí, que Domenech era su hombre y que ellos estaban dispuestos a invertir en la operación más de 250 millones de euros. Según ha sabido este periódico, Aquila había tenido intención de hacerse con las fábricas de aluminio de Alcoa por dos razones: porque controlaba minas de alúmina en Rusia y porque tenía un plan de explotación para evitar el agujero de la factura de energía mensual empleada para la producción de aluminio primario, es decir, electrolítico. Sin embargo, Aquila se marchó muy pronto del proyecto. El compromiso de Domenech con el fondo ruso se había desvanecido.

La recompra de la fábrica la realizó el investigado Domenech —lo ha confesado en varias ocasiones— echando mano de una “asistencia financiera”, esto es, compró las fábricas de aluminio con el dinero de las propias fábricas. Dijo Terhorst que transfirió después ese dinero a una cuenta en una empresa que Parter Capital tenía en Londres. Esta sociedad, continuó Terhorst, era del fondo que él mismo controlaba, sin embargo, quien figuraba como director general era Joachim Magin, uno de los hombres de Terhorst en Parter hasta tal punto que fue Magin quien en nombre y representación de la sociedad Blue Motion Capital firmó el contrato de compraventa de las fábricas, el que había redactado Alcoa. Magin fue detenido el 27 de enero en la localidad de alemana de Schifferstadt, entre Fráncfort y Sttugart.

El protagonismo de Domenech en la trama diseñada para saquear las sociedades y dejar en la calle a más de 500 personas (la situación actual) se lo ganó poco a poco: el 31 de julio de 2019, Magin —en nombre de Parter— firma la compra. En agosto, aparece BCT Metals, con la promesa de exportar chatarra desde Argentina y recibirla en el puerto de Róterdam, en los Países Bajos. Terhorst dice que ellos desconocían el modo de fabricar aluminio y que hubo varias reuniones con BCT. En una de ellas apareció Domenech como acompañante del representante de esa empresa.

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