Abanca rompe con Cooke y asume en solitario el nuevo plan estratégico de Nueva Pescanova

La situación del mercado, obstáculo definitivo para maximizar el precio de la operación | Escotet: “Siempre habrá tiempo para la venta, no es nuestra prioridad. La empresa va bien”

Lara Graña

La banca acreedora no tenía ninguna intención, en el año 2014, de hacerse con las riendas de la mayor compañía pesquera de España. No ya solo por su sorpresivo descalabro: Pescanova SA era un grupo desordenado, absolutamente piramidal en la gestión y muy endeudado. El único motivo por el que dio un paso al frente fue para rebajar las quitas que le proponían los entonces accionistas de control (Damm y Luxempart), y que, con todo, acabarían superando los 1.500 millones. Su objetivo era claro desde el principio: encontrar un “socio industrial” para devolver a Nueva Pescanova el lustre que nunca debería haber perdido y, de paso, salir del proyecto cuanto antes; los bancos no venden pescado. Por eso fue una sorpresa —dentro de la lógica financiera— que Abanca tomase el camino contrario y que, en 2020, se convirtiera en propietaria casi única de la multinacional. Lo hizo, en sus palabras, para “poner en valor la compañía mediante un plan de reestructuración y, en un plazo reducido, dar entrada a un socio industrial”. Tres años tardó en localizar al mirlo blanco: la canadiense Cooke Inc. La sintonía era plena y las conversaciones enseguida cogieron fuerza: en abril arrancó el plazo para elaborar una due diligence y fijar un precio final —previa visita del patrón de Cooke, Glenn Cooke, a Vigo— y zanjar el traspaso para mediados de junio. Como en tantas operaciones corporativas, el buen feeling se perdió a la hora de aterrizar la cifra definitiva. En julio se suspendieron las negociaciones y no volverían a retomarse. Fue ayer cuando lo confirmó el presidente de Abanca, Juan Carlos Escotet.

“Hemos aparcado el proceso de búsqueda de un socio industrial”, expuso durante un acto corporativo en Vigo. No hubo mención expresa a Cooke, ni por parte de Escotet ni en una nota de prensa posterior remitida por la entidad. “Las negociaciones, desarrolladas con gran profesionalidad por las dos partes interesadas, llegaron a su fin de mutuo acuerdo”. Fuentes oficiales del holding con base en New Brunswick agradecieron el trato “excelente” del personal de Abanca y Nueva Pescanova durante el proceso de due diligence, en el que afloraron sonoras diferencias entre los valores expresados en el cuaderno de venta —elaborado por Boston Consulting Group y Deloitte— y el análisis propio de los canadienses. Para Cooke, las necesidades de nuevo capital de la pesquera gallega eran mayores de lo estimado desde Chapela, con lo cual se reducía el importe que estaban dispuestos a poner sobre la mesa por el 80% del accionariado. “Deseamos a la compañía y a sus trabajadores muchos éxitos en el futuro”, remachó su vicepresidente de Relaciones Públicas, Joel Richardson.

“Siembre habrá tiempo, no es nuestra prioridad [la venta]; la empresa va bien”, abundó ayer Escotet. Esta decisión de Abanca de “mantener la propiedad” de Nueva Pescanova supone un giro total respecto a la génesis propia de su estrategia de tomar el control de la empresa. Primero, porque este activo figuraba como “disponible para la venta” en su balance desde el ejercicio fiscal de 2020, con lo que ahora deberá volver a consolidar previsiblemente en sus cuentas. Segundo, porque asume en solitario la compleja tarea de impulsar un nuevo plan estratégico, en fase inicial de diseño. Desde que existe Nueva Pescanova (heredera de Pescanova SA), en 2015, el grupo ha trazado dos hojas cuatrienales de ruta: el plan Todos a una 2016-2020 (elaborado por Deloitte) y el Rumbo al valor 2020-2024 (de Boston Consulting). Fuentes próximas a la pesquera no pudieron concretar cuál será el horizonte temporal de esta nueva planificación estratégica, que arrancará Abanca en solitario. Lo que es claro es que deberá replantear casi íntegramente los dos anteriores. Un ejemplo: el plan Rumbo al valor estimaba unas ventas de 1.360 millones para el ejercicio 2024, y una inversión en capex (capital expenditures) de otros 250 para la misma fecha. Ni la situación del mercado ni la evolución de la compañía permitirán alcanzar ambos hitos.

El clima actual para la industria pesquera, de hecho, ha sido determinante para que los caminos de Cooke y Nueva Pescanova se separasen definitivamente.

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