El desplome en el campo empuja el empleo en Galicia a su peor octubre en ocho años

De las 3.300 afiliaciones perdidas, 1.700 son del sistema agrario | El paro sube en 2.700 personas | El conjunto del país ganó 93.000 ocupados y hay 37.000 desempleados más

Julio Pérez

El empleo es causa y consecuencia de la economía. Como en un sistema de vasos comunicantes, la buena racha de la actividad impulsa la ocupación y crece el consumo, más si, como ocurrió tras la entrada en vigor de la reforma laboral, se firman contratos de calidad y con mejor salario. Ahora el Producto Interior Bruto (PIB) echa el freno. La nueva ola de incertidumbre por las consecuencias de la guerra en Ucrania, el impacto del subidón de los tipos de interés y el estallido del conflicto en Gaza provocaron una contracción del 0,1% en la eurozona en el tercer trimestre, algo que no sucedía desde la pandemia. España resiste mejor la coyuntura, pero no es una excepción en la desaceleración: un alza del 0,3% en la tasa trimestral (entre enero y marzo fue del 0,6% y el 0,4% de abril a junio) y del 1,8% en la variación interanual (claramente por debajo del 4,1% del primer trimestre del año y del 2% del segundo). Y el mercado de trabajo lo nota.

Octubre se cerró con una tenue subida del 0,4% en las afiliaciones a la Seguridad Social. Hay 92.862 ocupados más que el mes anterior. En términos desestacionalizados, son apenas 5.000 altas. En lo que va de 2023 se crearon más de 500.000 empleos y el total de cotizantes se mantiene en los 20,8 millones, máximo histórico, de la mano, además, de un récord de mujeres en alta laboral: por encima de las 9,8 millones, el 47,2% de todos los ocupados.

Galicia sí resbaló. Fue el peor octubre de los últimos ocho años. Se destruyeron 3.259 empleos tras los últimos coletazos de la temporada estival en el sector turístico y, sobre todo, por la sangría en el campo. El sistema especial agrario, que ganó en septiembre unas 900 altas, se quedó el mes pasado sin cerca de 1.700 afiliaciones. Dos de cada diez. ¿Qué pasó? Los sindicatos ponen el acento en la finalización de la vendimia, la actividad del sector primario que más refuerzos de personal suele generar, aunque les sorprende la magnitud de la caída. Las afiliaciones en el resto del régimen general mermaron en unas 1.300; en 118 entre los autónomos; y en 125 en el régimen especial del Mar.

Con la vuelta a las aulas, la educación se convirtió en la gran tabla de salvación de la ocupación en Galicia. Los cotizantes del sector se dispararon en casi 6.000, demostrando la todavía enorme temporalidad que existe en el colectivo. La construcción sumó 373 trabajadores; otros 300 el transporte y el almacenamiento; más de 500 las actividades profesionales, científicas y técnicas; y 340 las artísticas, recreativas y ocio. En la otra cara del mercado laboral gallego están, junto con el sector agrario, están la hostelería, que prescindió de 3.069 empleados; la administración pública, donde el recorte superó los 2.000; el comercio, con 1.350 trabajadores menos; sanidad y servicios sociales, que destruyeron 775 empleos; y la industria manufacturera, con un descenso de 250, según los datos detallados de la Seguridad Social.

Buena parte de esos afiliados perdidos figuran ya como parados. El desempleo en Galicia aumentó el 2,1%, en 2.705 personas. Hay registradas 133.348 a la espera de una oportunidad laboral. El incremento rozó el 4% en agricultura y pesca (162 parados más); alcanzó el 2,4% en servicios (2.272); el 2,1% en el grupo de población sin empleo anterior (248); y el 0,4% en la industria (56). Solo disminuyó en construcción (33 desempleados menos, un retroceso del 0,4%) y entre los titulados universitarios (395 menos después de una caída del 2,5%). La subida afectó más esta vez a los hombres (3,2%) que a las mujeres (1,3%); y llegó al 4,6% en el caso de los menores de 30 años. Uno de cada tres contratos firmados fueron indefinidos.

En todo el país octubre acabó con 36.936 parados más (un alza del 1,4%), hasta los 2,7 millones. La comparativa anual sigue siendo positiva en ambos casos. El desempleo retrocedió en 10.300 personas en la comunidad respecto al mismo mes de 2022 y en 155.500 en el Estado.

La conselleira de Promoción do Emprego e Igualdade achaca el repunte del paro a la estacionalidad del turismo y al fin de la vendimia y resalta que la cifra de desempleados es la más baja de toda la serie histórica. “Un mes más es de destacar la evolución en los colectivos prioritarios para nuestras políticas de empleo”, subraya Elena Rivo, en especial los parados de larga duración por la mayor bajada en un octubre en 15 años (unos 1.000 menos en los que llevan de 6 a 24 meses como demandantes).

La CIG alerta sobre el efecto demográfico. El 60% de los parados tiene más de 45 años. “Esto confirma que hay un grave problema de emigración”, señala su secretario de Emprego, Francisco González Sío. Desde CC OO piden a la Xunta “medidas correctoras” en sus próximos presupuestos a la vista de la evolución del empleo. “Galicia necesita algo más que turismo y Xacobeo”, reprocha Maica Bouza, responsable de Emprego, que pide políticas públicas para levantar “un sector industrial fuerte y un sector servicios de alto valor añadido”. UGT recuerda que la media de incremento del paro antes de la pandemia en los meses de octubre rondaba los 6.500. “Parece que la creación de empleo de calidad está suavizando las grandes variaciones periódicas”, sostiene José Luis Fernández Celis, secretario de Organización del sindicato, que insiste en la importancia de la reforma laboral.

La comarca de A Coruña suma 193 nuevos parados

El desempleo creció en prácticamente todos los concellos de la comarca de A Coruña. Solo se salvaron Arteixo y Sada. Especialmente aumentó en Carral (8,1%) y Bergondo (4,8%). En la ciudad de A Coruña creció un 0,6% con 85 desempleados más. También aumentó el paro en Cambre (2,7%); Oleiros (2,3%); Culleredo (1,6%) y Abegondo (1,9%). Por el contrario, bajó un 1,2% en Arteixo y un 0,1% en Sada. En total, la comarca coruñesa sumó 193 desempleados más: un 0,9%.

Suscríbete para seguir leyendo