Irán utilizó una cuenta en el Santander en Reino Unido para esquivar las sanciones

El banco, que perdió ayer un 5% en Bolsa, niega incumplir la normativa

paula blanco

Irán utilizó dos de los mayores bancos del Reino Unido, Lloyds y Santander UK, para mover dinero de forma encubierta por todo el mundo, según reveló ayer el Financial Times. Se trata de una maniobra incluida en un plan de evasión de sanciones económicas respaldado por los servicios de inteligencia de Teherán. Lloyds y Santander UK proporcionaron cuentas a empresas ficticias británicas que pertenecían en secreto a una empresa petroquímica iraní, la Petrochemical Commercial Company, que operaba desde una sede cercana al Palacio de Buckingham. La compañía está controlada por Teherán y formaba parte de una red a la que EEUU acusa de recaudar cientos de millones para la Fuerza Quds, una división especializada en guerra asimétrica de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica, y de trabajar con agencias de inteligencia rusas par recaudar dinero para las milicias proxy iraníes. Las repercusiones de esta información se han dejado sentir en la Bolsa española y el banco cerró con una caída del 5% de su valor ayer.

Tanto la Petrochemical Commercial Company como su filial británica están bajo sanciones estadounidenses desde noviembre de 2018. En un comunicado, Santander ha afirmado que no ha incumplido la normativa sobre sanciones internacionales impuestas por Estados Unidos: “El banco cuenta con políticas y procedimientos para asegurar que se cumplen los requisitos relativos a las sanciones. Santander continuará colaborando proactivamente con las autoridades británicas y estadounidenses pertinentes”, insisten. Fuentes cercanas al banco confirman que la cuenta de Pisco se cerró “en cuanto se detectó”. A partir de los registros contables y múltiples correos electrónicos intercambiados, el Financial Times explica que desde la imposición de sanciones estadounidenses, la firma iraní utilizó empresas del Reino Unido para recibir fondos de entidades fachada iraníes radicadas en China, ocultando su titularidad real mediante “acuerdos fiduciarios” y directores nominales.