Desde el año 2000, el de la Liga, hasta hoy el Deportivo disfrutó de momentos gloriosos y también sufrió episodios amargos. Los cuatro títulos conquistados la década pasada (la Liga, la famosa Copa del Centenariazo y dos Supercopas de España) y las cinco participaciones consecutivas en la Champions consolidaron al equipo coruñés no solo entre los más grandes del fútbol nacional, sino también entre los mejores de Europa. Todo ello con Javier Irureta en el banquillo para luego abrir un periodo de transición liderado por Joaquín Caparrós.

En 2007 llegó Miguel Ángel Lotina y a sus órdenes el Dépor vivió tres campañas relativamente tranquilas y luego una cuarta que concluyó con el descenso en 2011. Regresó por la vía rápida a la elite con José Luis Oltra y un año después Fernando Vázquez, solución de urgencia para tratar de reflotar a un equipo moribundo, no pudo evitar un nuevo descenso. Vuelta a empezar para el Deportivo, que regresó a la máxima categoría al primer intento de la mano del técnico de Castrofeito, cesado antes de iniciar la siguiente campaña. El fiasco de Víctor Fernández motivó la llegada de Víctor Sánchez, que consiguió dos permanencias consecutivas, aunque con muchos apuros.

Cuatro de los seis títulos del Deportivo fueron conquistados entre 2000 y 2002, en los inicios de la década más brillante de la historia del club. El 19 de mayo de 2000 el conjunto coruñés entraba en el selecto grupo de los campeones de Liga, un título que solo alcanzaron nueve equipos.

Uno de ellos es el Dépor, que seis años después de perder el campeonato en la última jornada por el fatídico penalti de Djukic logró acabar primero en la mejor liga del mundo. No falló en el partido definitivo y venció al Espanyol, con goles de Donato y Makaay. "Ganamos 2-0 pero todo el mundo se acuerda del cabezazo de Donato", relata el hispanobrasileño. "Casi nadie se acuerda del segundo gol de Makaay, que fue importantísimo también, pero la gente se quedó con el cabezazo de Donato, no sé si es porque tengo la cabeza grande „explica con humor„. La emoción fue tremenda".

Luego llegó la Supercopa de 2000, la Copa del Rey del inolvidable Centenariazo (2002) y otra Supercopa más, el sexto y último título conquistado hasta ahora por el Deportivo. "Recordar aquellos años para mí es una grata alegría, por todo lo que conseguimos. La Liga, la Copa del Centenariazo, ganar en el Olímpico de Múnich o en Old Trafford... Fue una década especial. Solo tengo buenos recuerdos. Soy feliz por haber sido parte de ese Deportivo", asegura Donato. "La gente en todos lados ya sabe quién es el Deportivo y las hazañas que hemos hecho en Champions, con la remontada al Milan, la del PSG, y tantas y tantas noches inolvidables de fútbol", rememora emocionado.

Donato estalla de alegría tras marcar el primero de los dos goles al Espanyol el día que el Dépor conquistó la Liga.

El hispanobrasileño cree que el Dépor pudo haber conquistado más títulos en aquellos años por el elevado potencial que tenía en su plantilla, aunque "pensar es una cosa y luego la realidad es otra". "Yo pienso que podíamos haber ganado algo más „confiesa el exblanquiazul„ pero tenemos que estar contentos con lo que hemos hecho".

Donato fue uno de los futbolistas que ayudaron a convertir al Dépor en un grande, al igual que Manuel Pablo, quien más de una década después de celebrar la Liga o la Copa del Centenariazo tuvo que remangarse para devolver al equipo coruñés a Primera tras los dos últimos descensos, en 2011 y 2013.

"En el primero no estábamos preparados. Nadie lo esperaba porque habíamos hecho clasificaciones normales en los años anteriores y habíamos conseguido entrar en Europa por medio de la Intertoto. Lo bueno fue que logramos ascender al año siguiente, porque si nos quedábamos ahí en Segunda, a lo mejor podía costar mucho más volver a Primera después de ese primer año", relata el exfutbolista grancanario, actualmente en el organigrama técnico del club.

Fernando Vázquez y Álex Bergantiños festejan en María Pita el último ascenso, en 2014. | Carlos Pardellas.

Luego llegó otro descenso, el segundo consecutivo, que supuso "dificultades mayores" por todos los problemas extradeportivos, incluida una amenaza de descenso administrativo. "Llegamos a pretemporada y casi no veíamos jugadores profesionales. No sabíamos si íbamos a salir a competir. Fueron meses muy complicados. Subir aquel año es el mayor reto que hemos conseguido por cómo salimos a competir, con pocos profesionales y gente que todavía no había jugado ni en Segunda. Al principio no pensábamos ni en el ascenso directo sino en meternos entre los cinco o seis primeros. Sabíamos que posiblemente estaba en juego la supervivencia del club y se trataba de sacarlo adelante cuanto antes. Fuimos un equipo regular, sin muchos alardes, y eso es lo que nos sirvió para estar otra vez arriba".

Manuel Pablo resalta como un factor "básico e importantísimo" el apoyo de la hinchada blanquiazul en esos años especialmente duros. "Lo vemos en otros equipos, que cuando descienden la afición se desilusiona y abandona mucha gente. Aquí, en vez de abandonar hubo un subidón. En los últimos años de Primera habíamos perdido afición y fue ese primer descenso lo que animó a la gente a volver a ayudar al equipo. Todo ese apoyo fue importantísimo", recalca el exlateral. Tras salvar la categoría con apuros en las dos campañas más recientes, las últimas de Manuel Pablo como futbolista profesional, el Deportivo aspira a asentarse definitivamente en la máxima categoría, aunque sea con apuros: "Han sido años muy sufridos y uno siempre espera no tener que sufrir tanto. Todavía nos está costando y el club está trabajando para tener los máximos recursos para salir de esa situación".