La Fiscalía Provincial de A Coruña acaba de abrir una investigación para aclarar las irregularidades supuestamente cometidas por funcionarios de la Dirección General de la Marina Mercante durante las inspecciones practicadas en el cerquero de Camariñas Gallego José, que permitieron que el buque navegase durante cinco años con graves deficiencias de estabilidad que comprometían su flotabilidad y la seguridad de los diez marineros con los que se hacía a la mar.

La fiscal aceptó a trámite la denuncia presentada el pasado 16 de abril por los servicios jurídicos de UGT-Galicia en la que el sindicato advertía de las anomalías supuestamente consentidas por la Dirección General de la Marina Mercante, que renunció durante cinco años a investigar la situación del pesquero y desoyó las denuncias que el entonces inspector jefe de la Capitanía Marítima de A Coruña, Fernando Balbás, envió a sus superiores. La denuncia fue presentada en la Fiscalía del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, aunque asumida por competencias por la recién creada Fiscalía Provincial, que decidió abrir diligencias informativas penales. Las pesquisas determinarán, una vez concluida, si existen indicios de delito en la actuación de la Administración.

El Gallego José es un cerquero que tiene su base en Camariñas, aunque fue construido en el mismo astillero de Marín del que salió el O Bahía, que naufragó en 2004 frente a las islas Sisargas, con un balance de seis muertos y cuatro desaparecidos. Tiene las mismas dimensiones y una estructura similar a la del barco redondelano e incluso fue inspeccionado por los buzos que luego participaron en las tareas de rescate de los fallecidos.

El origen de la denuncia de UGT se sitúa sin embargo un año antes del naufragio de su gemelo, cuando los inspectores de la Capitanía Marítima de A Coruña revisaron el Gallego José y descubrieron que presentaba graves deficiencias que le impedían cumplir los criterios de estabilidad aprobados por Marina Mercante. El entonces capitán marítimo, Serafín Díaz, abrió en octubre de 2003 un expediente al armador

-que acabaría por cerrar meses después sin sanción- y los inspectores paralizaron la expedición de los certificados del cerquero hasta que se corrigiesen sus defectos. Días después de la apertura del expediente, el barco zarpó con destino al puerto de Marín, donde fue reconocido por inspectores de la Capitanía Marítima de Vigo, que aseguraron que el cerquero no presentaba ninguna deficiencia.

El jefe de los inspectores, Fernando Balbás, advirtió entonces de lo ocurrido a la Dirección General de la Marina Mercante, pero la Administración no investigó lo ocurrido ni en 2004, tras producirse el naufragio del O´ Bahía.

El Gallego José dejó de solicitar sus inspecciones en la capitanía coruñesa y entre 2003 y 2007 renovó todos sus certificados en la capitanía viguesa.

Las deficiencias del cerquero camariñán volvieron a salir a la luz en febrero durante la campaña de revisiones aleatorias a pesqueros ordenada por Marina Mercante. Los funcionarios comisionados para inspeccionar la flota de cerco gallega detectaron graves deficiencias en el Gallego José y aconsejaron su detención inmediata. El buque fue revisado en vacío, pese a lo cuál se sumergía por encima de la línea de francobordo, vulnerando la reserva de flotabilidad. Durante la revisión, los ingenieros navales descubrieron además que el buque tenía en sus bodegas veinte sacos de arena para corregir una "escora permanente". El cerquero llevaba meses detenido por la Consellería de Pesca tras ser denunciado por la Guardia Civil por usar explosivos para faenar.