Las obras de construcción del viaducto de O Eixo, uno de los grandes puentes del tramo Ourense-Santiago que dará entrada al AVE en Galicia, quedaron ayer finalizadas. Aunque no se trata del viaducto más largo ni tampoco del más alto de la alta velocidad gallega, la singularidad de la obra radica en el sistema constructivo al que fue necesario recurrir para poder levantar el arco central, muy parecido al que se utilizó en el viaducto de Arroyo del Valle del AVE Madrid-Valladolid, el más largo de toda la Unión Europea.

Finalizadas ya las obras del tablero, la plataforma del viaducto de O Eixo queda totalmente concluida, a la espera, eso sí, de que se liciten y ejecuten la vía, las instalaciones y la posterior electrificación para permitir el paso del AVE.

Gracias a esta infraestructura, el tren de alta velocidad podrá salvar el valle de Aríns, ubicado en el subtramo Boqueixón-Santiago, con una longitud de 5,84 kilómetros y un presupuesto para la plataforma de 58,5 millones de euros. El puente, uno de los 21 que acortarán el trayecto de la alta velocidad entre Santiago y Ourense, mide 1.224 metros y un total de 25 pilares, que van desde los 8,5 metros de altura hasta los 82 metros, más que la Catedral de Santiago.

La complejidad de la obra está en el arco ojival central, que se levantó mediante un proceso de abatimiento de los dos semiarcos, que se construyeron casi en paralelo a las pilas para posteriormente adoptar la posición final. Este arco es el único punto donde el tablero va anclado a las pilas y tiene la función de absorber las cargas de frenado y, sobre todo, las derivadas de las dilataciones de la plataforma. Por eso, su construcción exigió una gran precisión, además de tener en cuenta las condiciones meteorológicas en todo momento. De hecho, durante las obras el viento no podía superar los 40 kilómetros y se debía contar con la suficiente visibilidad.

La razón de todas estas precauciones, según explicó el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) en un comunicado, fue "la necesidad de minimizar el posible impacto sobre el ecosistema" de esta infraestructura, evitando daños sobre la vegetación de la superficie interior.

La adjudicataria OHL encargó la obra a la empresa santiaguesa Estructuras, del grupo Puentes y Calzadas, especializado en este tipo de construcciones.