Más de dos años después de que la Xunta adjudicase las obras para el desdoblamiento de la vía rápida de Barbanza, una de las carreteras más peligrosas de Galicia, la nueva infraestructura, convertida ya en autovía, quedó anoche completamente abierta al tráfico. En la inauguración simbólica de la AG-11 en las Curvas de Vilas, en Rianxo, uno de los puntos negros del viejo vial, el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, señaló que la Autovía entre Padrón y Ribeira cuenta con los "más altos estándares de seguridad posibles" y pidió a los usuarios que la disfruten "con prudencia" y "sentido común".

Para el presidente gallego, esta actuación evidencia el compromiso del Gobierno con "un nuevo país que quiere transformar" lo que en su momento fue "congestión, falta de ambición, improvisación e inseguridad", características que, según dijo, definían a la víeja carretera. Frente a esto, Touriño destacó la "planificación y seguridad" de esta autovía, renovada en un 40%, "un cambio sustancial" que quiso personalizar en la conselleira de Política Territorial, María José Caride, y en su departamento, que cambiaron el anteproyecto previsto por el anterior Gobierno del PP.

El presidente de la Xunta y la conselleira coincidieron en que la apertura de esta vía de alta capacidad supone "un antes y un después" y Touriño añadió que beneficiará tanto a la comarca de Barbanza -donde residen casi 100.000 personas-como a toda Galicia, además de suponer "un elemento clave en el reequilibrio territorial".

La antigua vía rápida de Barbanza se convirtió desde su puesta en servicio en 1994 en uno de los viales más peligrosos y letales de la comunidad, con un balance global de 56 muertos. Aunque fue el Ejecutivo de Manuel Fraga el que se comprometió a replantear esta infraestructura convirtiéndola en una autovía de cuatro carriles, fue el Gobierno bipartito el que adjudicó las obras a finales de 2006.

Desde entonces, la ejecución de este proyecto ha estado marcada por la polémica. Primero, por el retraso en la adjudicación debido al cambio de gobierno en la Xunta, después por la denuncia del PP acusando al bipartito de haberse decantado por la oferta más cara y en los últimos meses, por los sucesivos cortes de tráfico de la vieja vía y los supuestos daños en fincas y acceso particulares desde la carretera.

También se refirió a estas molestias el propio Touriño, quien agradeció "la paciencia" de los vecinos durante estos 26 meses de obras aunque insistió en que se trata de "un tiempo récord" si se tiene en cuenta que hubo que compatibilizar las actuaciones con el tráfico rodado. Por su parte, Caride agradeció que tanto la concesionaria como los servicios técnicos de su departamento priorizasen la seguridad de la autovía y, ante las críticas de los alcaldes por inaugurarla sin resolver algunos problemas, garantizó que tars abrir la AG-11 "se abordarán las obras complementarias".

Dos alcaldes del PP y uno del BNG boicotean el acto

La inauguración de la autovía estuvo marcada por la polémica inasistencia al acto de los alcaldes del PP de Ribeira, donde concluye la vía, y de A Pobra, así como el nacionalista de Boiro, aunque sí acudieron los populares de Lousame y Porto do Son. Los alcaldes que no acudieron querían expresar así su malestar por la falta de solución a problemas que la construcción ha causado a vecinos de la comarca, aunque fuentes de Política Territorial insistieron en que la empresa constructora no se marchará hasta que todas las molestias estén subsanadas. El parlamentario del PSdeG José Manuel Lage lamentó e "boicot" de los alcaldes de A Pobra, Ribeira y Boiro, y les reprochó que no adoptasen la misma actitud respecto a la vieja vía, en que se perdieron muchas vidas en accidente. En nota de prensa, Lage apuntó que durante más de doce años "no se les vio preparando ninguna protesta ni haciendo ningún boicot a la vía rápida" y se preguntó si, "a lo mejor, es que entonces formaban parte de la procesión dos caladiños y ahora recuperaron el habla".

Desde el PP, el portavoz parlamentario, Manuel Ruiz Rivas, denunció ayer que la Autovía de Barbanza se haya inaugurado sin que las obras estén finalizadas en su totalidad y exigió a la Xunta que corrija "cuanto antes" las "numerosas carencias" que detecta aún en esta infraestructura. En rueda de prensa, Ruiz Rivas alertó de que las medidas de seguridad no son las mismas en todos los tramos de la autovía y, como ejemplo, citó que en algunos puntos no existen bandas rugosas en los márgenes de la carretera.