El mal tiempo ha actuado este verano como escudo contra el fuego en Galicia, pero esa protección ha desaparecido con la subida de las temperaturas y los montes gallegos quedan de nuevo a expensas de los incendiarios. Durante esta semana se dan las condiciones perfectas para avivar las llamas -calor y vientos del nordés- un escenario similar al que propició la oleada de incendios del año 2006. La Consellería de Medio Rural advierte de que es "un momento de alto riesgo", pero aclara que esta vez están más "preparados" y confían en que no se repita la tragedia de hace tres años.

El conselleiro de Medio Rural, Samuel Juárez, y el director xeral de Montes, Tomás Fernández Couto, defendieron ayer la "eficacia" del actual operativo de extinción de incendios, que es el mismo que puso en marcha el Gobierno bipartito, y advierten de que lo que falló en agosto de 2006 no fue el dispositivo. "Fue un error de planificación y de prevención", diagnosticó el titular de Medio Rural.

Tras aquel fatídico agosto el departamento que entonces dirigía el nacionalista Alfredo Suárez Canal mejoró el operativo y este es el que está actualmente en funcionamiento bajo el mando de Samuel Juárez. Aunque avisó de que aún no se ha probado su eficacia en situaciones críticas, el conselleiro confía "en que los servicios de extinción estén preparados" para afrontar un posible ola de incendios como la de 2006. "Esta semana se dan las condiciones propicias para los fuegos, sobre todo por el viento, aunque espero que amaine en los próximos días", apuntó Juárez.

El mapa que mide el riesgo de incendios de la Consellería de Medio Rural pinta de color verde -peligro moderado- la mayor parte de la provincia de Pontevedra y Lugo, además de la totalidad de A Coruña. Sin embargo, en Ourense y el sur pontevedrés el nivel de alerta sube a "alto" e incluso "muy alto" en las comarcas de O Carballiño, O Ribeiro y Valdedorras.

Sin "complicaciones"

En todo caso, en estos primeros días de agosto se ha salvado la situación con escasas incidencias. Según el director xeral de Montes, se están atendiendo una media de diez fuegos al día y, de momento, ninguno de ellos ha superado las 20 hectáreas. En julio, con el tiempo como aliado, tampoco hubo "complicaciones". Mientras en otras comunidades autónomas el fuego ponía en jaque a los servicios de extinción, en Galicia no se produjo ningún incendio de importancia, tal y como explican desde Medio Rural. En todo caso, desde la Xunta no se hará balance hasta que termine la campaña de extinción a finales del verano y la información sobre fuegos también estará limitada.

Sólo se harán públicos aquellos incendios que quemen más de 20 hectáreas de superficie. Si están por debajo de este tamaño la Xunta no informará, aunque en una misma jornada se produzcan múltiples fuegos de menos de 20 hectáreas.

El argumento del conselleiro es que si tienen que aportar datos de todos estos focos se necesitaría "un ejército de gente para contestar ese tipo de llamadas" y se entorpecería la labor del operativo de extinción. Desde el gabinete de Medio Rural se añade que dar información sobre incendios genera "alarma social" y por eso se restringe sólo a los fuegos de mayor tamaño.

Pero a pesar de que en el mes de julio no hubo actividad incendiaria, las brigadas no estuvieron paradas. Según el conselleiro, los efectivos desplegados por Medio Rural se encargaron de las tareas de prevención. "Hay un trabajo tremendo en este sentido", explicó el director xeral de Montes. Estas tareas son las que permiten después que ardan menos hectáreas de monte en Galicia. "La comunidad gallega tiene la mitad de los incendios de España pero sólo concentra la cuarta parte de la superficie quemada", destaca Fernández Couto.