Ayer tocó el trabajo de campo. El vicepresidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, Santiago Macías, se trasladó ayer a Viana do Bolo (Ourense) para determinar la ubicación de una fosa del franquismo. Pero sólo pudo confirmar la imposibilidad de abrir ese enterramiento. "Está descartada la exhumación porque tiene tres metros de panteones encima", lamentó Macías. Pero la lista de espera de familias con padres, hermanos, tíos o sobrinos enterrados en las cunetas de Galicia es larga. Más de 200 familias se han puesto en contacto con voluntarios de la ARMH para conocer el paradero de sus allegados y recuperar sus restos. Para la campaña de este año en Galicia, exhumarán dos fosas en la provincia de Ourense, una cerca de O Barco y otra en Xinzo de Limia.

Sobre el acuerdo alcanzado anteayer en el Congreso, Macías se muestra escéptico. "Lo que urge es que de una vez por todas se tomen medidas porque un año y medio después de la aprobación de la ley de memoria histórica, muchos familiares se han muerto esperando a que la Administración hiciera algo", sentencia Macías, al tiempo que cuestiona el recorte de ayudas a los colectivos de memoria histórica en un 25%.