-Hacer un canto al optimismo hoy en día... ¿es cosa de héroes o de ilusos?

-(Carcajada) Es cosa de realistas. (Se pone serio) Yo creo que ha jugado en el pesimismo general un papel determinante que se haya dejado a la gente tanto tiempo sin saber el origen de la crisis. Es curioso cómo se ha podido mantener la idea de que la crisis era planetaria. Los déficits de unos países se equilibran con los superávits de otros. Unos van muy bien, otros menos bien y unos cuantos están sobreendeudados, como España. Hace poco apareció una gotera en el techo de mi piso. ¿Qué hice? Llamar al fontanero para que encontrara el motivo de aquella humedad. Y, en cuanto lo supe, di por resuelta la mitad de la crisis. Y eso es lo que le acaba de pasar a España.

-¿Se refiere a las elecciones?

-Sí, se ha descubierto cuál es la razón de la crisis, es el primer requisito para poder abordarla.

-Pero esta crisis ¿lo que ha puesto al descubierto en el fondo no es que la sociedad está enferma?

-No, la sociedad, en contra de lo que la gente cree, va mejor. Un gran amigo mío que será premio Nobel, Steve Pinker, demuestra que los índices de violencia están descendiendo y los de empatía y solidaridad subiendo. Lo que es indudable es que cualquier tiempo pasado fue peor. El pasado es un infierno (muestra una ilustración de torturas en el siglo XVIII). Y a esto se añade el hecho insólito, que sólo ha ocurrido con nuestra especie, de que cada década aumenta dos años y medio la esperanza de vida.

-¿Caminamos hacia la inmortalidad?

-De lo que vamos camino es de la redistribución del trabajo. Así como el siglo XX fue el de la redistribución de la riqueza, peor o mejor, el siglo XXI va a ser el de la redistribución del trabajo.

-Usted propone retrasar la jubilación y ganar ese tiempo de descanso antes.

-Sí, recortar a la mitad la jornada laboral cuando uno tiene 30-40 años y necesita ocuparse de su familia, profundizar en el conocimiento, aprender idiomas, viajar... Lo que es evidente es que hay vida antes de la muerte.

-¿La fe religiosa no se basa en lo contrario?

-¿La fe? ¿qué es eso? La humildad de la ciencia, al contrario del dogma, es constatar que de las mil preguntas sin respuesta tenemos tres o cuatro respuestas, el resto está por descubrir y puede ser la fe, la ciencia... Yo siempre cito la anécdota de Laplace. Descubrió la teoría del equilibrio permanente de los cuerpos celestes. Napoleón le llamó y le dijo "Laplace, me ha interesado mucho tu teoría, pero ¿la has consultado con Dios?" Y él contestó "No, eso no, porque ya lo he comprobado yo". Pero el resto... Nosotros no vamos contra los postulados religiosos. Lo que hace el método positivo es demostrar alguna vez que esos postulados eran erróneos.

-¿Cree que internet y las redes sociales están propiciando un salto evolutivo?

-Yo he vivido esta revolución, tengo 75 años. Los científicos creían que éramos muy similares a los animales y ahora dicen que somos distintos debido a las redes sociales. Suponen un intercambio tan grande que es el nacimiento de una civilización nueva. Fruto de eso es la personalización de la medicina. En los últimos 10 años se ha efectuado la mayor inversión en el campo científico jamás imaginada, el estudio del genoma. Nos dirá usted que tiene tantas posibilidades de sufrir una u otra enfermedad. Esto obliga a repensar totalmente las técnicas de prevención. Hace diez años gente como Gardner había descubierto que las inteligencias de los niños son diferentes y habría que educar personalmente. Por eso digo siempre que es tan importante como aprender desaprender. El día que mejoremos el sistema educativo, mejoramos el planeta. Hemos tenido que descubrir las nuevas competencias que es necesario fustigar: la capacidad de atención de los niños no es que esté muy baja, es que como dice la camiseta de un alumno (del experto en educación Marc Prensky, reproducida en el libro) Mom, it is not an attention deficit; it is that i am not interested (Mamá, no es falta de atención, no me interesa lo que me estás contando).

-Encaja con el espíritu 15M.

-Sí, y trabajar cooperativamente. Y la gestión emocional. Son reformas que tendremos que ir implementando poco a poco.

-Usted habla de un futuro a 10.000 años vista, pero ¿el cambio climático no acabará mucho antes con él?

-I don't think so (no creo eso). Otro de los males congénitos es subestimar el impacto positivo de la tecnología.

-¿La soledad es el mal del siglo?

-Sin lugar a dudas. Afecta a más de un 20% de la gente. Cuando era joven me pretendían enseñar que la soledad era la fuente de todas las virtudes. Ahora hemos descubierto que un poco de tristeza es bueno para estar atento pero que la tristeza permanente, la soledad inalterable es un desastre.

-Va contra natura, porque, como usted cuenta, pertenecemos a la manada.

-Claro, y sin la manada no somos nadie. Yo cito siempre la anécdota que me contó un taxista: "éramos una banda de cinco taxistas, uno era el más alegre, el que siempre llamaba para salir. Y un día le tocó la lotería, dejó el taxi y también dejó de llamar. Al final tuvimos que ir los cuatro amigos a su piso con la policía, derribar la puerta y encontrarlo muerto con una barba hasta el suelo. ¿Y por qué? Porque se había quedado solo, había renunciado a la interacción. La vida es bastante insulsa a menos que la vivas con otros.