Dos semanas después de que el secretario xeral del PSdeG, Manuel Vázquez, lanzase su candidatura a la Presidencia de la Xunta, los movimientos en el seno del socialismo gallego no dejan de sucederse, y evidencian que las aguas no discurren calmas en el PSOE gallego y dibujan un horizonte incierto. Los dirigentes empiezan a posicionarse, unos más abiertamente que otros. Desde Vigo, Pontevedra y Ourense se ha hecho notar que como mínimo Vázquez no parte como su favorito para un nuevo mandato al frente del PSdeG y para dar la batalla en las próximas autonómicas.

Ayer habló la exconselleira de Política Territorial, María José Caride, que preguntada por el liderazgo de Vázquez, también evitó respaldar al secretario xeral y respondía que urge abrir "un debate intenso de por qué en Galicia se le vuelve a dar el respaldo mayoritario a Feijóo, que lleva dos años y medio de recortes, más allá de caras y personas". "El PSdeG debe rendir cuentas. Hay que hacer una reflexión en profundidad y no pasar página... Hay que replantearse la estrategia política, el proyecto, nuestros principios... y sobre todo la traslación de esos principios, y tenemos que hacerlo juntos porque hoy estamos debilitados todos", remarcó Caride.

Nueva etapa

El diputado autonómico José Manuel Lage, por su parte, consideró preciso "abrir una nueva etapa y definir un nuevo proyecto para el PSdeG que combine la necesaria renovación con un pacto intergeneracional". Lage defendió el debate abierto en el seno del PSOE gallego de cara al congreso de febrero, donde se debe elegir líder y candidato a la Xunta, pero siempre "desde el respeto, la legitimidad y sin hacer daño al partido".

En ocasiones, los movimientos en el PSOE gallego parecen más bien choques de trenes, y los ataques ya son bidireccionales. Se ha impuesto el fuego cruzado. En la tarde del lunes, el secretario provincial del PSOE en Pontevedra, Modesto Pose, sufría en la ciudad del Lérez la dimisión de dos de los responsables de su dirección, entre ellas la número tres de su lista, la alcaldesa de Silleda, Paula Fernández. Le acusan de utilizar el aparato provincial para abrir una guerra contra Vázquez, al que cuestiona como líder del PSdeG, sin el respaldo de las bases. "Si Modesto Pose abre una guerra contra Manuel Vázquez, que lo haga a título personal, no en nombre de la dirección provincial porque esta batalla no ha sido debatida, ni consensuada ni decidida por la ejecutiva", justificó ayer la regidora.

Tensión en Santiago

También el lunes pero unas horas antes, en Santiago las tensiones en el seno del grupo parlamentario del PSdeG se reavivaban hasta el punto de que la exconselleira de Política Territorial, María José Caride, y la diputada ferrolana Beatriz Sestayo ponían sus cargos en la dirección del grupo a disposición del líder del PSdeG. Si en Pontevedra queda tocado Pose, en Santiago se debilita a Manuel Vázquez, que tiene a grupo parlamentario dividido. Esta última disputa estalló, según fuentes asistentes a la sesión de trabajo, por una discusión anterior, la relección de Pablo García, el número dos de Vázquez, como senador por designación autonómica. Otra exconselleira, la de Pesca, Carmen Gallego, les reprochó a ambas que cuestionaran las decisiones de la dirección del grupo si ambas forman parte de este núcleo duro, y les reclamó lealtad. Caride y Sestayo entonces defendieron su derecho a manifestarse libremente ante sus compañeros de escaño y apuntaron que si la dirección perdía la confianza en ellas su puesto estaba a disposición de Vázquez. Desde la dirección del PSdeG se interpretó esta disputa como "menor" y "sin trascendencia", dando por hecho que Caride y Sestayo continunarán en la dirección del grupo parlamentario.