Ni regalos ni cobro de comisiones. El ya exdiputado del PP coruñés Javier Escribano y el empresario de Pontedeume Fermín Duarte, imputados por supuestos delitos de tráfico de influencias y cohecho, defendieron ayer su inocencia durante su declaración ante el juez instructor de la operación Arena, Alejandro Morán Llordén. Pese a la documentación que los dos acusados presentaron para tratar de justificar la venta de un Porsche por parte del industrial coruñés al exparlamentario popular -en los pinchazos telefónicos revelan por el contrario conversaciones en las que el propietario de la empresa Manmer reconoce haber regalado ese coche a Escribano-, el magistrado mantuvo la imputación.

Según las conversaciones intervenidas por la policía, el entonces diputado del PP habría intentado influir en las Consellerías de Medio Ambiente y de Industria para que autorizasen la venta del material de la empresa de Duarte -un producto importado de Holanda para vender en Galicia como zahorra para asfaltar pistas y obra civil a bajo precio y que la Fiscalía de Medio Ambiente desaconsejó la utilización por su toxicidad- e incluso buscasen clientes entre los adjudicatarios de obra pública. A cambio, según el sumario, Escribano habría recibido como "regalo" del propietario de Manmer un Porsche que luego vendió en internet; una dádiva que el ya exdiputado popular volvió a negar ayer ante el juez al mostrar un contrato de compraventa por un importe total de 10.360 euros.

Los dos imputados, cuyos abogados pedirán el archivo de la causa, abandonaron el Juzgado de Instrucción número 3 de Ferrol cerca de las 14.30 horas. Escribano, que acudió muy sonriente a la citación, fue interrogado durante tres horas y media. En su declaración, el exdiputado popular contestó a todas las preguntas salvo a algunas planteadas por el juez, según informó el Tribunal Superior de Xustiza.

A su salida de la sala, el exparlamentario del PP y expresidente de Nuevas Generaciones en A Coruña se limitó a decir que estaba "muy satisfecho" por haber podido declarar y aseguró que no tenía "ningún género de deuda" de que es "inocente" de los cargos que se le imputan y que "se demostrará en breve". Su abogado, Francisco Javier Fernández Tarrío, avanzó que en breve pedirá el archivo de la causa porque, según apuntó, "ha quedado demostrado" que Escribano "no cometió ningún hecho delictivo".

Horas más tarde de la declaración, el abogado del exdiputado emitió un comunicado en el que critica la "indefensión" que se le provocó a su patrocinado "al negársele copia íntegra del sumario", al tiempo que solicitó la nulidad de las escuchas telefónicas por "carecer de cobertura legal al haberse dictado las intervenciones de las llamadas sin la debida motivación a que obliga la Constitución, y sin el respeto a los plazos y exigencias requeridos por la jurisprudencia del Constitucional y el Supremo".

Por su parte, Darío Díaz Pineda, abogado defensor de Fermín Duarte -gerente de la empresa de áridos Manmer- aseguró que tras las declaraciones del industrial coruñés, durante aproximadamente una hora, y del exdiputado y la documentación aportada ha quedado "totalmente acreditada la existencia de la venta del Porsche", con lo que el resto de la causa -añadió- queda "totalmente vacía de contenido". "Este coche pasó una serie de revisiones, se vende por internet, con lo que no hay ninguna relación", zanjó el letrado, que añadió que su cliente, que respondió a todas las preguntas del magistrado, "ha tenido la mala suerte de que este tema haya sido utilizado políticamente".

Duarte, según su abogado, mantuvo reuniones con la Administración autonómica desde el año 2009, cuando se comenzó a investigar los áridos asfálticos que la empresa Manmer estaba importando de Holanda tras la denuncia por un presunto delito ambiental interpuesta por la Asociación Galega de Áridos. Así, las reuniones con la administración, reiteró, se produjeron desde 2009, mucho antes de conocer a este señor", en referencia a Escribano, y como algo "normal en alguien que tiene un problema administrativo".