Al lema de Lumes nunca máis, A terra non se vende, se cultiva e se defende y Xunta dimisión, miles de coruñeses protestaron y exigieron ayer responsabilidades por el incendio que el fin de semana arrasó las Fragas do Eume. A Coruña no fue la única ciudad en movilizarse. Galicia se echó a la calle para pedir más y mejores medios para combatir los incendios forestales. La más significativa fue la de Pontedeume, pero las concentraciones se repitieron en Santiago, Vigo, Pontevedra, Ourense, Lugo y Ferrol. Con el Prestige todavía en la memoria, los gallegos "no estamos dispuestos a quedarnos callados".

El Obelisco fue el escenario coruñés de las protestas. Las pancartas con los lemas Intereses empresariais queman parques naturais, Nunca máis lumes o IncomPPetencia presidieron el acto en el que a las 20.30 horas tuvo lugar la lectura de un manifiesto por parte de Xabier Docampo. En él se lamentó que la quema de un parque natural beneficie a intereses empresariales como una mina de andalucita y se culpó directamente a la Xunta de la mala gestión del incendio.

La concentración, convocada el domingo a través de las redes sociales y a la que se sumaron asociaciones ecológicas y partidos políticos y que reunió a cerca de dos mil personas, terminó con una movilización hasta la plaza de María Pita. Alrededor de las 21.10 horas los manifestantes llegaron al Ayuntamiento, frente al que, una vez más, entonaron sus cánticos contra el Gobierno y a favor de un mayor compromiso de los poderes públicos.

A pesar de que detrás de la convocatoria no había ningún partido político, acudieron a la cita representantes sindicales y políticos de la ciudad, como Salvador Moreda, portavoz del grupo socialista en la Diputación, César Santiso, portavoz del grupo municipal de Esquerda Unida-Os Verdes, y Xosé Manuel Carril y Xan Martínez Cajigal, portavoz y concejal en A Coruña, respectivamente, del BNG, partido al que pertenece Carlos Aymerich, también presente.

Precisamente, la implicación política causó cierta tensión en las manifestaciones de Santiago y Pontevedra. Casi tres mil personas se reunieron en la plaza do Obradoiro, algunas de las cuales mostraron su descontento con la presencia de banderas políticas, en concreto del BNG, que apoyó todas las concentraciones. Este malestar ciudadano también se vivió en la ciudad del Lérez, que acogió una movilización con unas 200 personas y en donde se llegaron a escuchar voces que gritaban "abajo las banderas".