"No hubo diálogo en absoluto. No hubo ninguna posibilidad de discusión por lo que nada se pudo hacer. No hubo opción". Son palabras del capitán de la empresa rescatadora Smit Salvage, Wytse Huismans, sobre la negativa de las autoridades españoles de negociar la entrada del Prestige en un puerto de abrigo de Galicia.

Huismans embarcó en el petrolero el 15 de noviembre de 2002, dos días después de que zozobrase en medio de un fuerte temporal y tras la decisión de la armadora del buque de contratar a la empresa Smit Salvage para tratar de salvar el barco y las 77.000 toneladas de fuel pesado que transportaba.

El experto manifestó que las autoridades españolas rechazaron "dialogar" la opción de llevar el barco a una ensenada e insistió en que el alejamiento impidió "un salvamento eficiente". Para defender la tesis de que el buque pudo ir a una zona abrigada, puso como ejemplo la autorización que en 1996 recibió el petrolero Sea Empress para entrar en el puerto galés de Milford Haven, en un siniestro que supuso el vertido de unas 70.000 toneladas.

Huismans recordó que participó en este rescate y explicó que aunque el Sea Empress vertió la mitad de su carga tras encallar, la operación de salvamento permitió minimizar los daños y restringirlos a una zona muy limitada.

Huismans, de nacionalidad holandesa, explicó que, a su juicio, el rescate resultó fallido debido a que el buque había sufrido ya serios daños estructurales al estar varios días navegando a merced del temporal rumbo noroeste y no haber sido abrigado en un puerto o una ría. Explicó que la primera opción que barajó fue la de conducir el Prestige al puerto de A Coruña, y subrayó que esta alternativa se descartó por problemas de calado por lo que solicitó "otras alternativas" a las autoridades españolas, como llevarlo al puerto de Vigo, sin obtener respuesta.

Huismans señaló que su "sitio preferente" para refugiarlo en una zona "abrigada" era el Puerto de A Coruña, por ser el "más próximo" y confirmó que así se lo pidieron a las autoridades españolas. Sobre este extremo, manifestó que el director de operaciones de la Sociedad Estatal de Salvamento Marítimo (Sasemar), Jesús Uribe, "no se opuso" cuando le planteó esta posibilidad. Así, insistió en que no tuvieron "opción" de discutir con las autoridades españolas la entrada del buque en una zona "abrigada" por no existir "diálogo en absoluto".

También criticó el rumbo noroeste que siguió el buque tras zozobrar y sufrir una fuerte escora, y defendió que, una vez descartada la posibilidad de llevarlo a un puerto refugio en Galicia por la negativa de las autoridades españolas, lo mejor hubiera sido conducirlo hacia el sur a aguas más tranquilas.

En relación al vertido, dijo que cuando él llegó al barco -el 15 de noviembre de 2002- había "restos de crudo, pero no estaba saliendo a borbotones". "Nada que se pudiera considerar un desastre", apostilló. En su declaración, reconoció que el Prestige estaba "muy sobrecargado" y que la maniobra de lastrado de los tanques que ordenó el capitán, Apostolos Manoguras, no fue "beneficiosa" para su capacidad de resistencia.

También admitió que la tripulación no le planteó la posibilidad de que una ola gigante hubiese golpeado el barco -una de la tesis que han defendido como causa del accidente- y confirmó que no colaboraron "mucho" con el equipo de rescate. Huismans reconoció que cuando embarcó en el Prestige sabía que su empresa no cobraría nada si fracasaba el rescate, por lo que los letrados que representan al Estado español centraron su estrategia en los interrogatorios en tratar de demostrar que la empresa Smit Salvage actuó en esta operación atendiendo a criterios económicos y tratando de defender sus intereses.

El equipo enviado por la empresa Smit Salvage abandonó finalmente el Prestige el día 15 tras estar a bordo unas quince horas, y el barco fue remolcado mar adentro hasta que finalmente se partió en dos y se hundió el 19 de noviembre.

Ayer estaba previsto que declarase también Geert Albert Koffeman, directivo de Smit Salvage. Finalmente, se pospuso al haberse prolongado más de lo previsto la testifical del jefe del operativo de rescate.