Se cumplieron las previsiones y los tres grupos de la oposición, el PP con sus 11 ediles, BNG con tres y Democracia Ourensana con dos, se unieron para apoyar una iniciativa de los populares, convirtiendo al socialista Agustín Fernández, al que de nada le sirvió el apoyo de todos los ediles socialistas, en el primer alcalde reprobado por la mayoría de la corporación en la historia del Concello de Ourense. Fue una petición en toda regla de que presente su dimisión y deje el cargo, al considerarlo el "máximo responsable" del "desgobierno" que existe en la ciudad.

Pero el alcalde no se dio por aludido, se aferra al cargo, y después de restar relevancia al clamor unánime de la oposición, que solo lo considera como una crítica negativa -"¿y eso qué?", dijo-, proclamó que continuará al frente del consistorio: "Voy a seguir, reprobado o no". Y por si había dudas, retó a todos los grupos de la oposición a presentar una moción de censura para sacarlo del cargo.

Agustín Fernández aseguró que para él nada cambia, a pesar de la reprobación, y que su intención es seguir con el proyecto político que tiene para la ciudad, incluso tentando a los ediles del Bloque para que se sumen al gobierno del PSOE. "Aunque venga una guerra nuclear seguiré con esos contactos para que trabajen con nosotros", llegó a decir durante el pleno municipal. Pero esta declaración de intenciones llega tarde. Así lo entiende el portavoz del BNG, Xosé Somoza, al afirmar que llegó el momento de decir "basta ya" y dejar de ser "cómplices de la deriva en la que entró el gobierno socialista", además de advertirle a Agustín Fernández que no vuelva a invitar a los ediles nacionalistas.

La refriega dialéctica entre el alcalde y los que fueran socios en el gobierno bipartito, el BNG, alcanzó su mayor intensidad durante la intervención final de Agustín Fernández, ya que ante las críticas que dirigía hacia la formación nacionalista, los tres ediles, sobre todo Ximena González y Susana García, le respondían con un clamorosos "gobierne, gobierne", e incluso con un más que concluyente "dimita".

Pero fue el portavoz del PP, Rosendo Fernández, que por segunda vez presentaban la reprobación, el que espetó a Fernández que no es un alcalde con legitimidad y ni cuenta con el apoyo de la corporación, por lo que le pidió que se replantee su situación "por el bien de la ciudad y del gobierno".

Sostuvo el edil del PP que Ourense es una ciudad "sin alcalde", ya que Agustín Fernández se convirtió en "un notario de los escándalos del grupo socialista", y que sus exsocios del BNG y algunos de los concejales de su gobierno "no lo apoyan", aunque "no les quede más remedio que levantar la mano en contra de la decisión de reprobarlo".

Directa fue la propuesta de la edil de DO, Susana Gómez, que después de acusar al alcalde de "no tener ética" por mantenerse en el cargo, emplazó a PP y BNG a unirse para relevar al PSOE del Gobierno local. "Sean valientes", les espetó la concejal.

Por su parte, el portavoz socialista, Vázquez Barquero, insistió en que se trata de una "estrategia de paralizar la acción de gobierno y derribarlo" por parte del PP, contando con la colaboración del BNG, al que alertó de los riesgos, como es que en "los próximos 20 años no vuelvan gobernar el Concello PSOE y BNG".