Una de las imágenes del Deportivo que ha dado la vuelta al mundo es el momento en el que Fran recoge en 2002 la Copa de manos del Rey tras el centenariazo en el Bernabéu. La foto muestra en el palco rostros con comedida sonrisa diplomática. Salvo uno, cuya franca alegría de auténtico aficionado sobresale del resto: el expresidente del Gobierno Adolfo Suárez.

En la vida de Suárez, indiscutible figura central de la transición democrática española, que amenaza con apagarse en breve, el color blanquiazul tiene un gran protagonismo. Adolfo Suárez fue elegido en 1977 presidente de honor del club coruñés por "su gran cariño al Deportivo" poco antes de convertirse en el primer presidente democrático de España tras el franquismo. La iniciativa partió del entonces mandatario blanquiazul Antonio Álvarez, que recordaba el paso de Adolfo Suárez por una emblemática formación juvenil del Deportivo en 1949. Era la célebre escuela de fútbol del entrenador argentino Alejandro Scopelli en la que un adolescente Adolfo coincidió con otro celebérrimo Suárez -Luis-, único español ganador del Balón de Oro hasta el momento.

"Adolfo jugaba de interior y jugaba bien; era entonces un chaval de tez muy morena de unos 13 o 14 años, siempre muy elegante, vestido con chaqueta y corbata, que tenía maneras de futbolista", recuerda Fefé del Río, uno de los socios más antiguos del Deportivo, que compartió en aquellos años camiseta con los dos Suárez en el Deportivo juvenil de Scopelli.

Adolfo Suárez se había trasladado entonces de Ávila a A Coruña, de donde era natural su padre, el procurador Hipólito Suárez Guerra, y donde vivían sus abuelos, primero en Santa Catalina y después en la calle Real, en el edificio de la confitería La Jijonenca. "Su padre está enterrado en San Amaro y Adolfo venía a pasar los veranos aquí con su abuela paterna y con su tía Carmiña", señala Fefé del Río. El futuro presidente se presentó en 1949 a una convocatoria de Scopelli en Riazor a la que acudió también Fefé. "Nos presentamos a la selección unos trescientos. Íbamos con zapatillas de casa a jugar. Adolfo Suárez estuvo en el Deportivo unos seis meses y después un par de veranos más. El equipo que se formó, en el que estaba también Luis Suárez, mostraba maneras. Decían que teníamos la técnica del San Lorenzo de Almagro y los pases profundos del Athletic. Pero Adolfo ya no jugó las competiciones nacionales con nosotros. Solo estuvo en la selección de Scopelli y su experiencia futbolística nació y murió aquí".

Pero nunca la olvidó. En 2002, cuando el Deportivo alcanzó su cota más alta de socios, el club coruñés le entregó el carné número 30.000, en agradecimiento por la efusividad con la que celebró en el palco del Bernabéu la conquista de la segunda Copa del Rey blanquiazul como un deportivista más. Adolfo Suárez respondió al gesto con una carta en la que afirmaba que siempre sintió por el Deportivo "una simpatía muy especial".