El palangrero gallego Guariste Primero sufrió un incendio en la madrugada de ayer cuando faenaba en aguas del Pacífico, a unas 840 millas al suroeste de Lima (Perú). El siniestro, tras registrarse fuego en la sala de máquinas, se saldó con la desaparición de uno de los 14 marineros del pesqueros, Juan B.J., residente en Burela con doble nacionalidad (peruana y española) de 57 años y, precisamente, jefe de máquinas. Los otros trece tripulantes consiguieron lanzarse a los botes salvavidas y fueron encontrados dos horas más tarde por un barco que se encontraba faenando en la zona, el Balueiro Segundo, con base en A Guarda y perteneciente a la Organización de Palangreros Guardeses (Orpagu).

"Tenemos mucha experiencia en nuestro trabajo, pero hay cosas para las que no estamos preparados", lamentaba ayer el patrón del Guariste Primero, Ignacio Coya.

El suceso de produjo a las dos de la madrugada (hora española). El barco, con el aparejo en el agua, navegaba con normalidad cuando sonó la alarma de incendios. "Fue un momento de incertidumbre. Como tantas otras veces, pensé que podría ser un fallo y que saltase por cualquier cosa. Fui a la sala de máquinas y cuando abrí la puerta era todo fuego. Ya no era posible entrar", relató Coya, natural de Cangas (52 años) pero residente en Bueu desde hace muchos años.

En ese momento, lanzaron un aviso de emergencia a uno de los barcos que se encontraba en la zona, el también gallego Cervera, y la tripulación se lanzó a las balsas salvavidas "con lo puesto". Fue en ese momento cuando se dieron cuenta de que faltaba Juan B.J. "Había gente a mi cargo, gente en tierra esperando por sus familiares... Son momentos muy difíciles y complicados", explicó visiblemente dolido el patrón.

El Cervera, a 60 millas del suceso, avisó a los barcos que se encontraban más próximos. Fue así como el Balueiro Segundo, de A Guardia, llegó al lugar. Con sus propios ojos, los 16 tripulantes del buque de Orpagu pudieron ver cómo el barco se consumía por las llamas pero se mantenía a flote pese a las explosiones que se escuchaban a lo lejos. "Aquello tenía que estar ardiendo a cientos y cientos de grados de temperatura por los plásticos, madera y demás que hay a bordo. Qué manera de arder y qué miedo daba", indicó Coya. En medio de la noche, el Balueiro Segundo subió a bordo a los supervivientes sanos y salvo. De ellos, seis son de Indonesia, cuatro caboverdianos y tres gallegos. Se trata de Manuel M.G., de 54 años y natural de Bueu aunque residente en Cangas; Álvaro V.P., de 39 años y originario de Boiro, y el propio Ignacio Coya.

Pese a las llamas, el palangrero no se había hundido ni se encontraba escorado. Cuando la luz del día llegó, utilizaron una zódiac para acercarse al pesquero, que no se vio muy afectado en la zona de proa, pero que donde están los camarotes quedó consumido por el fuego.

El Guariste Primero, construido en 1999, partió del puerto de Callao (Perú) el pasado 26 de diciembre. Estaba pescando pez espada y, según indicó su patrón, esta era la primera marea de Juan B.J., un hombre que definió como un "profesional como la copa de un pino que sabía muy bien lo que hacía". "No nos queda más remedio que hacer de tripas corazón y tirar para adelante", lamentó Coya.

El patrón del palangrero Balueiro Segundo, el barco encargado de rescatar a los 13 supervivientes, Manuel Cadilla, relató a este diario qué pensó al llegar a la zona: "Cuando llegamos había explosiones y llamas. Aquello era peor que un infierno", indicó. El buque perteneciente a Orpagu tiene ahora 29 tripulantes a bordo, al contar de por sí con sus 16 marineros. "Estuvimos toda la noche más o menos a una milla o a media sin perderlo de vista por si se hundía, pero no se hundió," concretó Cadilla.

Haz click para ampliar el gráfico