Pese a que la Lei de Normalización Lingüística tiene más de tres décadas de vigencia, la Mesa todavía tiene que reclamar hoy en día a las diputaciones que modifiquen castellanizaciones en la señalización de pueblos y calles, al igual que pasa con el DNI. La organización presentó el año pasado un estudio sobre el estado de los topónimos en la comarca de Bergantiños y descubrió 172 que no respetaban su forma oficial. En este informe se recogen errores como O Regengo en lugar de O Reguengo o Cundís en sustitución de la forma correcta Cundíns. Estos ejemplos son algunos de los muchos rótulos con nombres de lugar que incluyen vacilaciones gráficas, omisiones del artículo que forma parte del topónimo o errores de acentuación. Maceira aclara que en algunos casos recibieron contestación de las administraciones competentes que mostraron su intención de enmendar los errores. Pero en otros se mantienen las formas incorrectas, pese a la insistencia por parte de la Mesa para que se corrijan.