Los alcaldes de los cuatro concellos ourensanos afectados por el fuego que comenzó en la mañana del domingo en Cualedro y que se extendió después por otros tres municipios limítrofes, calcinando 3.000 hectáreas pertenecientes a este ayuntamiento y a los de Xinzo de Limia, Baltar y Trasmiras, pedirán la declaración de zona catastrófica, que les permita optar a ayudas para costear los cuantiosos daños al patrimonio natural e infraestructuras viales materiales que dejaron las llamas a su paso.

Los cuatro regidores han acordado mantener una reunión conjunta en los próximos días y, tras evaluar por separado los daños que ha ocasionado este incendio, el más devastador del año en la comunidad gallega, en cada municipio, decidirán si piden la declaración de zona catastrófica de forma individual o conjunta.

"Pese a que se sigue hablando de 3.000 hectáreas calcinadas en Cualedro, al menos 1.500 hectáreas muchas de bosque autóctono pertenecen a Xinzo, por lo tanto las ayudas deben de ser para todos los núcleos afectados" explicaba ayer Antonio Pérez, el alcalde de Xinzo de Limia, quien añadió: "Para mí esto es un acto de terrorismo pues es claramente provocado. Apagaban en una zona y el fuego volvía a reavivarse en varios puntos con distancia de kilómetros entre si. Esto nos da a entender que fue totalmente provocado" .

De igual modo el alcalde de Baltar, José Antonio Feijóo, señalaba que en su concello "resultaron dañados cientos de hectáreas especialmente en una zona de bosques de plantación que tenían veinte años". "Los daños no fueron solo al patrimonio, pues al entrar a toda prisa las máquinas para realizar las para labores de extinción pueden afectarse casas, derribar muros de fincas o dañar redes de luz o alcantarillado", señala.

El fuego, tuvo en vilo hasta bien entrada la noche, a decenas de vecinos de los cuatro municipios, que colaboraron directamente en las labores de extinción regando con las mangueras de sus casa y aplacando con ramas el fuego que rodeó granjas, casas y hasta cementerios como el de Gudín, Quedó estabilizado, según la Xunta a las 14.30 horas. Una hora antes se había levantado la alerta 2 decretada el día anterior por la proximidad del fuego a las casas y a las 18.00 horas los 500 militares del UME desplazados a la zona, abandonaban la comarca.

A día de ayer, en medio de un paisaje desolador en blanco y negro, con pequeñas columnas de humo amenazando con rebrotar en cualquier momento, solo quedaban efectivos de tierra dispersos "repasando el terreno", señalaron.

El balance de daños humanos se saldó finalmente con un vecino de A Ermida, en Trasmiras, hospitalizado por quemadura en un brazo cuando intentaba salvar de las llamas su granja y un piloto de motobomba atendido por heridas al arder su vehículo

En Vilar de Lebres, también en Trasmiras, se vino abajo un alpendre alcanzado por las llamas y cuyas ovejas pudieron salvarse porque su dueño abrió a tiempo las puerta de la nave.

También en Gudín en Xinzo las llamas rodearon varias granjas de pavos, sin llegar a afectar directamente a su estructura, y ardió el entorno de una casa en construcción en Gudín y de otra deshabitada, en Vilar de Lebres.

Cualedro se convierte así en el kilómetro cero del fuego en la comunidad gallega. En agosto del año 2013 otro incendio, que arrasó más de 2.000 hectáreas fue ya en su momento el fuego más devastador del año en Galicia en aquel momento. Nunca se encontró al culpable.

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