Los pescadores de la localidad nipona de Taiji iniciaron ayer una nueva temporada de caza de delfines bajo la atenta mirada de activistas internacionales, que acudieron al lugar para protestar y pedir el cese de esta controvertida práctica. La flota japonesa capturó 937 delfines el año pasado frente a la cuota de 1.873 ejemplares que autorizó para este ejercicio la Agencia de Pesca nipona.