Los partidos de la oposición arreciaron ayer en sus críticas a la remodelación de la Xunta. Consideran que los cambios constatan el fracaso de la gestión y advierten de que no llega con renovar las caras, sino que se deben modificar las políticas, algo que no ven probable, porque son las que hacen "daño" a Galicia.

La cara amable la puso el PP. Su portavoz parlamentario, Pedro Puy, defiende la remodelación y el aumento del número de consellerías porque son la "adaptación" a una nueva situación económica en la que habrá más capacidad de gasto en los presupuestos de 2016. "Por ello parece razonable acomodar la estructura de la Xunta a las situaciones del momento", destacó el diputado popular.

Puy sostuvo que las políticas desarrolladas por el PP fueron las que permitieron salir de la crisis, pero admite que "a veces, no fueron bien explicadas" y que ahora toca "recuperarse" de los efectos de las vacas flacas ante la ciudadanía.

El secretario xeral del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, asegura, por su parte, que Feijóo se ve obligado a tapar con "cambios cosméticos" el fracaso de su gestión y que no hay ningún motivo para creer que el nuevo gobierno "hará en menos de un año lo que otros no hicieron en siete años". Pero a su juicio, lo importante no son los cambios de personas, sino de las políticas. Y en ese sentido está convencido de que no habrá modificación alguna. "Los últimos siete años fueron un error", censuró.

"El problema no son las caras, sino las políticas; y esas no las va a cambiar", sostiene en la misma línea la viceportavoz de AGE, Yolanda Díaz. Añade que Feijóo se vio forzado a remodelar la Xunta por el "tsunami" de las ciudadanía y que no le ha quedado más remedio que "mover ficha porque sabe que está con un gobierno moribundo".

El portavoz nacional del Bloque, Xavier Vence, se manifestó en la misma línea, al aventurar que seguirán las mismas políticas. "Es un fracaso que no es responsabilidad de los conselleiros cesados, sino de Feijóo como presidente de la Xunta", censura.

También los alcaldes de A Coruña y Ferrol, ambos de las Mareas, reprocharon los cambios, argumentando que se elige como conselleiro a quienes perdieron las municipales. Xulio Ferreiro tachó de "electoralista" la remodelación y advirtió de que "refuerza figuras que recibieron un castigo político en las municipales". En la misma línea, su homólogo en Ferrol, Jorge Suárez, tildó de "drama para la política social de Galicia" que José Manuel Rey Varela, vaya a asumir la responsabilidad de este nuevo departamento autonómico.