El gobierno local de Pontevedra de Miguel Anxo Fernández Lores (BNG) aprovechó ayer la baja médica de un edil del PP para sacar adelante las cuentas del próximo año, que ascienden a 72 millones. El regidor sacó pecho de la decisión, que permitió que su voto de calidad desempatase los apoyos y rechazos a los presupuestos en una corporación donde el Bloque tiene 12 de 25 ediles (7 del PP, 3 del PSdeG, 2 de la Marea y 1 de Ciudadanos. "Estoy orgulloso de aprobar estos presupuestos y no estoy arrepentido", alegó. La ausencia del popular César Abal en la sesión extraordinaria de ayer debido a una intervención quirúrgica se conocía desde el viernes, pero el BNG no suspendió el pleno.