La clasificación biológica de 33 zonas de marisqueo gallegas mejoró en los últimos siete años frente a las once zonas en las que empeoró, según un informe de la Consellería do Mar. La Xunta apunta que entre abril de 2009 y enero de 2016 se registraron mejoras en una superficie de 885 kilómetros cuadrados, que agrupa 607 bateas, y en la que trabajan más de 3.500 mariscadores. Mientras, la situación empeoró en 10 kilómetros cuadrados y 58 bateas. Mar también señala un incremento del 31% de las zonas de marisqueo, de 98 a 128.

Estas áreas de producción se clasifican en tres categorías en función de los niveles de contaminación: A (permite el consumo directo del marisco extraído), B (los productos deben ser depurados) y C (solo pueden comercializarse tras un periodo largo de limpieza). Las zonas de clase A aumentaron del 4% en 2009 al 17% en 2016, mientras que las zonas C descendieron desde el 15% de 2009 al 7% de este año.