Los municipios gallegos cerraron el ejercicio pasado con 70,1 millones en derechos reconocidos por encima de las obligaciones. Además del capítulo de los impuestos, los incrementos más notables en los ingresos están en las transferencias de capital, un 45% más, con 100,6 millones de euros; y especialmente la deuda. La administración local se había contenido en la petición de créditos, pero el pasado año las operaciones se duplicaron, con un total de 50,8 millones de euros. Por esa razón, el gasto que deben realizar municipios y diputaciones para formalizar los préstamos también se disparó. Un 345% en comparación con 2014, con 17,46 millones.

La venta de patrimonio municipal, como parcelas o inmuebles, volvió a datos positivos. Estas desinversiones contribuyeron con cerca de 5 millones de euros. Los ingresos por rentas, participación de beneficios en empresas o concesiones cayeron un 8,7%, con 25,3 millones. De lado de los gastos, los de personal se elevaron un 5,6%; un 6,9% los corrientes; y un 45% las inversiones en año electoral.