La Xunta quiere poner coto a los cierres hechos con somieres, a las tapias de ladrillo a la vista o a las pintadas de colores extrambóticos que afean el paisaje gallego. Es lo que en Galicia se ha llamado el feísmo.

En su borrador de las Directrices da Paisaxe, el Gobierno gallego encarga a los ayuntamientos que regulen en sus planes generales de ordenación municipal las características que deben tener los vallados: desde los materiales que se utilizan, la altura, el color o las características del diseño. Estos cierres deberán adaptarse al entorno y mantener una homogeneidad según cada zona.

En todo caso, desde el Gobierno gallego fijan unas directrices básicas que deberán cumplir los concellos. Así, establece que deberán limitar "en la mayor medida posible" los cierres macizos porque "fragmentan el paisaje" y obstaculizan "vistas panorámicas". Solo se permitirán los muros de piedra, que desde la Xunta consideran que forman parte del patrimonio cultural de Galicia, y los vallados vegetales, compuestos por especies arbóreas o arbustivas propias del lugar.

Y, aún en estos casos, la Consellería de Medio Ambiente advierte de que no deberán superar el metro de altura.

La opción que debe predominar es la de cierres que no sean opacos, construidos con alambre o trama metálica de torsión simple. En estos casos la altura máxima permitida será de 1,50 metros.

Proliferación de cercados

La norma afectará tanto a las parcelas en las que se haya construido como a los cierres que delimitan prados o cultivos. La Xunta insta en todo caso a evitar la proliferación de cercados donde no había antes ningún cerramiento. Y, en cuanto a los materiales, deben evitarse aquellos "ajenos al lugar que produzcan contrastes de texturas o colores" y se apostará por los tradicionales: de piedra y cercados hechos con estacas y varas.

En todo caso, la Xunta aclara a los concellos que podrán ser menos restrictivos con los cercados que separan las fincas de caminos o carreteras, mientras que por el contrario deberán ser más duros con las condiciones para construir los vallados que separan parcelas entre sí.

Las características de los cierres no serán lo único a lo que deberán atender los concellos en sus planes de ordenación municipal. Según se recoge en el borrador de las Directrices da Paisaxe, se evitarán nuevos desarrollos urbanísticos. Si es necesario edificar, la prioridad serán las parcelas vacías que existen dentro de la trama urbana

Los ayuntamientos deberán cuidar la imagen exterior de los núcleos urbanos de manera que las fachadas posteriores de las edificaciones no queden visibles desde los accesos por carretera o el entorno. Por eso se prohibirán las paredes medianeras a la vista.

El concello tendrá que prestar atención hasta al pavimento y la cartelería. El planeamiento urbanístico deberá incluir las condiciones de los paneles publicitarios, "de manera que resulten armoniosos con el entorno". En suelo rústico cuando se construya una casa se deben minimizar los movimientos de tierra y los desmontes y se evitará construir en zonas altas o en pendiente. Si se edifican construcciones auxiliares a la casa principal deberán ser del mismo color y quedan prohibidos materiales como plásticos o metales brillantes.