Cerco a los psicotécnicos que aprueban a conductores no aptos, señalización extraordinaria en carretera y refuerzo de la vigilancia a automovilistas de avanzada edad. Son los tres ejes del Plan Mayores diseñado en 2015 por Tráfico, en colaboración con la Xunta y el Ministerio de Fomento, para evitar que conductores con sus capacidades psicofísicas mermadas sigan al volante poniendo en riesgo su seguridad y la de los demás usuarios. Las iniciativas ya han dado sus frutos: la investigación a un centro de reconocimiento ya está en manos de la Fiscalía de Seguridad Vial ante las sospechas de falsedad en la emisión de certificados médicos, las señales fluorescentes y las pintadas en accesos a autovías y autopistas han reducido los despistes de mayores de 65 años que entraban en sentido contrario y la cifra de conductores enviados a examen médico extraordinario del Sergas por parte de Tráfico se ha disparado.

El año pasado, la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil en Galicia ordenó este chequeo a un total de 226 automovilistas de edad avanzada, lo que supone más del doble que los 103 requeridos a consulta en 2015. O lo que es lo mismo, cada semana fueron enviados Sergas una media de cinco conductores ante las sospechas de que no pudieran seguir al volante o, de hacerlo, deberían imponerles ciertas restricciones, como no ponerse al volante de noche, circular solo a una distancia máxima de la vivienda, conducir con la obligación de ir acompañado, limitaciones en la velocidad máxima o exclusión total del consumo del alcohol.

El balance de conductores requeridos el año pasado a chequeo médico del Sergas está muy por encima de los de ejercicios anteriores. Ya en 2015 se había ordenado la revisión médica extraordinaria a casi el doble que en 2014 -entonces se había mandado a un nuevo control a 69 automovilistas- y en 2013, a un total de 29.

El objetivo de estos exámenes por parte de médicos del Sergas es determinar si las condiciones psicofísicas de estos conductores son las adecuadas para seguir al volante. Las provincias de Pontevedra y Ourense concentraron el año pasado el mayor número de automovilistas bajo la lupa por una posible disminución de sus capacidades para poder seguir circulando con su vehículo o hacerlo sin limitación alguna. De Pontevedra fueron requeridos a chequeo extraordinario un total de 64 automovilistas, lo que supone más del 28% en la comunidad y más del triple que los casos registrados el ejercicio anterior en la provincia. Le sigue en el ranking autonómico con muy poca diferencia Ourense, con un total de 62 casos frente a los 21 detectados en 2015. Cierran la lista, A Coruña con 59 conductores enviados a revisión del Sergas (un 59% más que los 37 del año anterior) y Lugo, con 41 automovilistas, un 52% más que los 27 casos sospechosos del ejercicio pasado.

Una vez elevada la propuesta de revisión médica extraordinaria, el Sergas determinará en sus pruebas si finalmente el conductor requerido es "apto" o "no apto" y, según el resultado, podrá derivar en la apertura de diligencias al psicotécnico que expidió el certificado por posibles irregularidades. A la mayoría les es revocado el permiso de conducir -bien porque ya ni se presentan al examen del Sergas o porque en ese chequeo los médicos resuelven que no era apto para seguir al volante-. Al resto les imponen restricciones en la conducción.

Desde la asociación de Centros de Reconocimiento de Conductores (CRC) advierten de que el año pasado más del 60% de los psicotécnicos no cumplían el protocolo de exploración, por lo que llevan años reclamando chequeos más exhaustivos. Pese a que el reglamento permite fijar restricciones a la hora de renovar el permiso de conducir, como periodos de revisión más cortos o limitaciones de velocidad, desde CRC avisan de que estas medidas son "excepcionales" .

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