El depredador de la avispilla del castaño, el insecto de origen chino que extermina los bosques, sobrevuela Galicia y ya se ha extendido por el 80% de las plantaciones de castaños de la comunidad. Esta plaga preocupa al sector, ya que Galicia es la principal autonomía española en producción y exportación de castañas, superando los 20 millones de kilos anuales, que se traducen en más de 100 millones de euros. El Ministerio de Agricultura permitió esta primavera en Galicia, Asturias y Andalucía la suelta experimental del parasitoide Torymus sinensis, que impide a los insectos de la avispilla llegar a la fase de multiplicación. La Xunta concluyó el pasado mayo con esta medida los trabajos de lucha biológica contra la plaga por este año, en el que se liberaron 130.000 ejemplares del parásito, para tratar unos 4.200 pies de esta especie. A lo largo de este año, la Consellería de Medio Rural va a trabajar en unos 26.000 pies frente a esta otra dolencia, con los que ya serán alrededor de 90.000 los tratados desde 2011.

Las tareas suponen una inversión de cerca de 680.000 euros en el presente ejercicio y se desarrollan en las cuatro provincias gallegas, pero sobre todo en la de Ourense, la más afectada, y en el sur de Lugo. Desde el pasado verano se localizaron focos de avispilla en varios puntos de O Courel y a través del cauce del Lor, la plaga saltó también hasta Quiroga (Lugo). La avispilla del castaño ( Dryocosmus kuriphilius) fue detectada por primera vez en Galicia en el 2014. Hasta hace poco las áreas montañosas gallegas se libraban de este insecto. Pero este año ya se han detectado en distintas zonas de O Courel.

Según datos de Medio Rural este insecto ya está presente en el 56% de los ayuntamientos de Galicia: 50 municipios del centro y sur de Lugo; 76 de la provincia de Ourense, con excepción de las zonas de montaña del este; 33 en A Coruña; y 17 ayuntamientos de Pontevedra, sobre todo en la zona limítrofe con Ourense y Lugo.

El ataque de la avispilla provoca una disminución de la capacidad fotosintética y la fructificación del castaño, generando importantes pérdidas económicas. La Red Estatal del Castaño advierte, por su parte, de que la especie invasora "va cuatro veces más rápido de lo que se esperaba" y puede afectar "hasta el 80%" del valor de la producción de castaña, que en España ronda los 100 millones de euros.