-La Xunta abrió una línea de ayudas para que los concellos ejecuten las obras en casas sin rematar por vía forzosa. Ahora ya dispondrán de fondos para combatir el feísmo...

-El legislador, legisla. Y de esa legislación casi siempre le endosa competencias al municipio pero no le da recursos. Este es el problema. La hipocresía es que a pesar de que la Ley de Sostenibilidad dice que no se pueden crear competencias sin ir acompañadas de la correspondiente dotación económica, siguen aplicando a los ayuntamientos obligaciones. ¿Puede un concello pequeño atender todos los problemas que van surgiendo, todas las reposiciones de legalidad, las ruinas? Y ahora en un momento en que la gente deja el rural, y eso implica aumento de ruinas, hay que abrir expedientes sancionadores... A todo eso se le añaden las casas que no tengan la fachada terminada... La pregunta es muy sencilla. ¿Con qué personal? Si no lo tengo, ni puedo contratarlo. Y para maquillarlo, si necesita dinero se lo presto. Está bien, pero el problemas es que no llegamos a hacer el expediente y al remate de la obra. Una de dos: o hacemos esto o seguimos con el día a día del concello.

-¿Delegarán esta tarea en la Axencia de Protrección da Legalidade Urbanística de la Xunta?

-Ese es otro cuento. La APLU no da resuelto los expedientes que le mandamos. Entonces, ¿qué? ¿Le metemos 2.000 más? ¿Van a contratar a más personal o a ampliar la agencia? Con el mismo personal, eso es un brindis al sol. Al final se tratará de convencer a los propietarios de que arreglen las casas y que poco a poco mejore la situación. Pero se ha creado la necesidad imperiosa de que los ayuntamientos en un plazo corto de tiempo resolvamos este problema. Puesto no lo vamos a resolver. Porque lo que no puede ser, no puede ser. Es imposible.