La actividad en los astilleros de Navantia en Ferrol y Fene estuvo ayer paralizada y solo trabajó el personal de servicios mínimos. Se trata de la primera jornada de la huelga indefinida que en principio durará hasta el próximo miércoles y que ha convocado en solitario el sindicato CIG ante la negativa de la patronal de acatar el pago de los acuerdos salariales de 2001 para los trabajadores de la industria auxiliar. Los manifestantes organizaron grandes piquetes que impidieron a entrada tanto de los operarios de la plantilla principal de Navantia como de las compañías auxiliares para ejercer así presión a la dirección del grupo con el objetivo de que cumpla sus compromisos. La concentración también provocó a primera hora de la mañana importantes retenciones de tráfico en Ferrol.

La CIG convocó ayer asambleas generales ante las antiguas factorías de Bazán y Astano en las que reivindicó la aplicación de los acuerdos salariales pendientes en la industria auxiliar, problemática que desembocó en estas protestas. Por eso, insta a los demás sindicatos a que "se pongan del lado de los trabajadores". "Es una lucha que no tenemos que tomar a la ligera porque estas empresas no tienen delegado sindical y el resto de centrales no deberían darnos la espalda", insistió el portavoz de la central, Vicente Vidal.

El responsable de Industria del sindicato en Ferrol también criticó que se crease una mesa de auxiliares entre patronal y representantes sindicales sin haberlos incluido pese a ser -critican- el sindicato que cuenta con un mayor número de afiliados en las compañías.

Los integrantes de la Mesa de Relaciones Laborales condenaron esta convocatoria y califican el paro de "ilegal" por usar piquetes en lugar de plataformas de diálogo y también de "irresponsable" porque de prolongarse -alertan- provocará a corto plazo la pérdida de más de 1.500 empleos, la quiebra de muchas empresas y una caída de la competitividad "irrecuperable". Este organismo está compuesto por la Asociación de Empresarios de Ferrolterra (AEF) y la Asociación del Clúster del Naval Gallego (Aclunaga) en las que están integradas la mayoría de auxiliares del naval en la ría Ferrol.

El director de Navantia en Ferrol y Fene, Rafael Suárez, condenó que se impidiese la entrada a los trabajadores del plantel principal a causa de esta huelga, "convocada por un único sindicato". "Es una irresponsabilidad que puede tener consecuencias negativas sobre la ejecución de los programas en marcha, algunos para clientes internacionales", criticó. Suárez alertó del futuro de Navantia y, en concreto, lo que tiene que ver con el empleo debido a que en proyectos pendientes de la entidad con la Armada española y de Australia "se exige cumplir los plazos".

El responsable de la firma pública en Ferrolterra también se refirió a las consecuencias en los programas de eólica marina, encargados por multinacionales que han confiado en Navantia donde "la competencia de los astilleros europeos es cada vez mayor" o en el negocio de reparaciones. "Hoy se ha hecho un daño muy grande a la reputación de Navantia y a toda Ferrolterra", destacó. En su opinión, el mercado naval "sigue en una situación difícil, con caída de la demanda y con nuevos astilleros competitivos en coste y plazo". Por tanto, considera que es "clave" que las empresas del sector naval trabajen hacia la "competitividad".