Desde hace años el tren empieza a comer terreno al avión en lo que se refiere a los desplazamientos a Madrid desde Galicia. Los 1,7 millones de pasajeros en trayectos por aire a Barajas realizados con origen en la comunidad gallega el año pasado son aún cuatro veces más que los 382.026 que se decantaron por el ferrocarril. Pero mientras que durante el último lustro el tráfico de los vuelos a la capital española se redujo en un 15%, con 280.076 viajeros menos, en el caso del Alvia que comunica Galicia con Madrid el pasaje casi se cuadriplica al registrar 300.806 usuarios más frente a los 81.400 contabilizados en 2011, lo que supone un crecimiento de 60.000 personas por ejercicio.

La evolución varía en cada una de las tres ciudades gallegas. En A Coruña, la demanda del tren creció un 330%, al pasar de 26.300 viajeros punto a punto (ida y vuelta) al año a más de 113.000. Los datos oficiales de Renfe incluyen los dos trenes diarios diurnos y excluyen el Tren hotel. Sin embargo, su conexión aérea todavía aguanta el envite. Y es que, las estadísticas de AENA revelan que continúa con el mismo nivel de viajeros que un año antes: 578.000. Esta cifra incluso supone un incremento del 3,2% respecto a los 560.436 pasajeros registrados en 2011.

En Santiago, sin embargo, la ruta aérea de Barajas se ha desplomado en ese periodo en paralelo al espectacular crecimiento del tren, gracias en parte a la inversión en la línea directa desde Ourense que le permitió recortar dos horas de viaje y dejar el tiempo de trayecto en solo cinco. La capital gallega pasó entre 2011 y 2016 de 27.600 viajeros ferroviarios en el enlace de Madrid a 183.000, un 563% más. En Compostela hay un Alvia diario más que en A Coruña y Vigo, pero además se nutre también de algunas conexiones con transbordo desde otras ciudades gallegas. Estas mejoras han afectado a su aeropuerto. Su ruta aérea ha caído en picado en ese periodo, y eso pese a tener las tarifas más económicas de Galicia gracias a Ryanair y la low cost Iberia Express. Entre ambas transportaron 240.000 pasajeros menos que antes de que llegara el Alvia en 2012. Actualmente vuelan 587.000 personas, un 32% menos que los 862.140 que usaron el avión para desplazarse a Madrid hace cinco años.

Y en la urbe viguesa, los trenes Vigo-Madrid son todavía insuficientes como para hacerle sombra al vuelo a Barajas y pese a duplicarse el número de usuarios es el trayecto que menos creció en comparación con las otras dos ciudades con aeropuerto, al pasar desde 2011, cuando funcionaba el Talgo, de 27.500 a 85.611 pasajeros. Iberia y Air Europa se han resentido, aunque en menor medida que en Lavacolla. El enlace aéreo con la capital movió el año pasado 542.598 viajeros, un 5% menos que los 566.500 que volaron de Galicia a Madrid o en el sentido inverso en 2011.

Por el momento, esta situación contrasta con el informe encargado por la Xunta en 2014 en el que se advertía que Peinador sería, junto con Alvedro, el aeropuerto más perjudicado por el AVE. En el citado documento se aseguraba que la alta velocidad dejaría a Peinador en 2018 sin el 42% de su pasaje; a Alvedro sin el 47%, y a Lavacolla, sin el 33%. Los retrasos del AVE no solo han hecho que no se vaya a cumplir con la llegada prevista a Galicia, sino tampoco con ese "robo" de viajeros, salvo en el aeropuerto de Santiago, donde la ruta a Madrid recibió el año pasado la tercera parte del tráfico con el que contaba en 2011.