España, mire usted, tiene un Centro de Seguimiento Pesquero que es, según el Ministerio de Pesca, "un referente a nivel internacional no solo por el gran número de buques controlados, sino también por su metodología de trabajo". Este centro ha visto modernizado su sistema de localización de barcos pesqueros vía satélite por el que, en teoría, controla la actividad de más de 2.000 buques pesqueros españoles en cualquier océano del mundo.

Y digo "en teoría" porque, curiosamente, con la vanagloria de quien estrena los nuevos sistemas que animan a explicar que "la nueva herramienta es accesible vía visor web desde el exterior de las instalaciones del Centro de Seguimiento Pesquero", lo que ofrece nuevas posibilidades y versatilidad a la utilización de la aplicación realizada con tecnología 100% española, coincidió la entrada del Playa Pesmar Uno en aguas argentinas, lo que no impidió que el barco marinense accediera -al parecer por un fallo en su sistema de señalización de posicionamiento- a la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Argentina y pescara durante un par de horas donde no debería haberlo hecho.

Me da mucha rabia decirlo, pero si la fiabilidad del sistema de localización de buques pesqueros vía satélite es la demostrada con el de Marín respecto a lo acontecido en aguas argentinas, mejor volver a las señales de humo y olvidarnos de las nuevas aplicaciones que, ha dicho el Ministerio de la señora Tejerina, abren el camino "al resto de herramientas que conforman el moderno Sistema de Información Pesquero Español (SIPE): Trazapes, actas electrónicas, censo y logística, entre otras, que se irán incorporando paulatinamente" a lo largo de este año. Sin olvidar que ya es para nuestros barcos algo cotidiano el hablar de cajas azules.

Ni siquiera me puedo imaginar a dónde "apuntaban" las cámaras web del Centro de Seguimiento de Pesca cuando el barco de Marín penetraba, sin pretenderlo, en la ZEE de Argentina y la tardanza del servicio español en dar una respuesta adecuada a las acusaciones de la Prefectura Naval Argentina de que el Playa Pesmar Uno había pescado en aguas de su competencia.

Un poco ridículo, ¿no? Porque, entre las mejoras que ofrece la modernización del sistema de localización de buques, figuran la automatización del sistema de procesos, la optimización y ampliación de alarmas, la interconexión con otras bases de datos o las referencias cartográficas actualizadas. Y todas estas modernidades han sido incapaces de evitar que un barco entrase en las 200 millas de la ZEE de un país más o menos amigo como es Argentina y obligasen a "confundir" el tocino con la velocidad a oficiales de pesca y navegación tan expertos como los que, se supone, llevaba en el puente el Playa Pesmar Uno.

De verdad que no lo entiendo.

Será que se nos atragantan las nuevas tecnologías. Tal vez harán bien esos más de 2.000 buques pesqueros españoles que se encuentran en cualquier océano del mundo y fían al sistema de localización de buques pesqueros vía satélite la seguridad de su posición en volver al sextante y al ojo de buen cubero para determinar si están o no donde suponen. Porque las nuevas aplicaciones del Centro de Seguimiento de Pesca no han comenzado con buen pie. ¿O sí?