Ecoforest es una empresa asentada en Nigrán especializada en el diseño y producción de sistemas de calefacción, climatización y agua caliente sanitaria a partir de recursos naturales. Su división centrada en la geotermia recibió el pasado mes de diciembre un millón de euros de subvención para lanzar una inversión de 5,4 vinculada a 30 empleos dentro de su plan de expansión, que prevé la ampliación de sus instalaciones.

Este fue uno de los once proyectos empresariales beneficiados el último año por incentivos regionales financiados por la administración general en su mayoría, pero también por la Unión Europea, para reducir la brecha económica entre comunidades. En total, captaron 36,3 millones de dinero público para apuntalar una inversión total de 400,6 que permitió crear 283 empleos y mantener otros 4.864.

Los incentivos regionales son subvenciones por parte del Gobierno central con el objetivo de "fomentar el desarrollo de las zonas menos favorecidas, promoviendo la creación y mantenimiento de empleos y el desarrollo y consolidación de tejido industrial productivo", pero también se nutren de dinero procedente de la Unión Europea a través del fondo de desarrollo regional Feder.

Las ayudas alcanzan un máximo del 15% de la inversión en el caso de las grandes empresas, del 25% en el de las medianas y del 35% en el de las pequeñas, según el Instituto Galego de Promoción Económica (Igape). Esas cuantías, sin embargo, se han reducido a partir de enero al 10%, 20% y 30%, respectivamente.

De los 11 proyectos aprobados el año pasado para recibir estos fondos regionales, tres pertenecen a grandes empresas y ocho, a pymes, que recibieron 28,1 y 8,1 millones, respectivamente, para inversiones que en el primer caso sumaron 359,9 millones y en el segundo, 40,8

El balance del año pasado sitúa en puestos destacados a Galicia entre las 13 autonomías que reciben estas partidas. En el volumen total de subvenciones, ocupa el segundo puesto con los citados 36,3 millones, cifra superada solo por los 46,4 de Andalucía. Sin embargo, el crecimiento es el mayor de todos, con un 1.394% más. El liderazgo también lo alcanza en cuanto a la inversión asociada, que de 16,3 millones en 2016 a 400,6 el año pasado se incrementó un 2.348%, según datos del Ministerio de Hacienda.

El crecimiento se explica por los bajos números de 2016, durante el que esta clase de fondos solo permitieron crear 28 puestos y mantener otros 381. El crecimiento de las subvenciones contrasta con la caída de la inversión que sumaban las solicitudes presentadas. Estas alcanzaban un total de 272 millones para 28 proyectos, frente a los 633 y 24 de 2016. Desde 1988, las subvenciones suman 874,2 millones y permitieron crear 26.621 puestos.

La finalidad de estos incentivos fiscales es el fomento del desarrollo económico regional a través del apoyo financiero a la implantación de proyectos empresariales en Galicia, con el objeto de corregir los desequilibrios territoriales existentes. Las subvenciones que reciben las empresas son a fondo perdido.

Los beneficiarios potenciales de estas ayudas son personas físicas o jurídicas, españolas o que, aun no siéndolo, tengan la condición de residentes.

Uno de los requisitos principales establecidos para conseguir las subvenciones es la creación de nuevos establecimientos, ampliación y modernización, siempre que respondan a una composición equilibrada entre los diferentes conceptos de inversión de acuerdo con la actividad y la inversión sea superior al mínimo de 900.000 euros.

Según las bases, los proyectos deberán cumplir los siguientes requisitos: "ser viables técnica, económica y financieramente".