El escándalo del Dieselgate marcó un punto y aparte. Las autoridades europeas estrechan el cerco sobre las emisiones contaminantes con la imposición de una fuerte rebaja en los límites de emisiones de CO2 a los vehículos que se fabriquen a partir del año 2020 y con un endurecimiento de la inspección técnica de vehículos (ITV) para aquellos vehículos ya en circulación, que a partir de septiembre quedarán al descubierto ante trucajes de emisiones. Pero no son las únicas vueltas de tuerca. En julio del 2016 el Ministerio de Energía añadió una marcha más al control de emisiones contaminantes y este endurecimiento se trasladó a la cifra de suspensos en las ITV gallegas, que en apenas en un año escaló del 26,3% al 28,1% registrado en 2017.

Así figura en la Memoria Anual presentada ayer por SyC-Applus -concesionaria de este servicio en Galicia-, en el Centro Tecnológico de la Automoción en Galicia (CTAG), que recoge que el año pasado pasaron inspección un total de 1,44 millones de vehículos en Galicia (un 3,2% más en 2016). Pero, mientras aquellos que superaron la prueba a la primera apenas repuntaron un 0,59% (fueron 1,038 millones), los que se vieron obligados a pasar por el taller para poner fin a sus problemas, por el contrario, se dispararon un 10,16%. Fueron 405.837. Un fuerte repunte sobre el que se encuentra, en buena medida, "el incremento en la tasa de rechazo de los contaminantes", como explicó ayer Alberto Zalvide, adjunto a la dirección general de SyC-Applus.

A los defectos más frecuentes en frenos, neumáticos o sistemas de alumbrado, en 2017 se sumaron las emisiones contaminantes. En apenas un año las estaciones gallegas pasaron de detectar 71.415 problemas graves de este tipo a 106.699. Casi un 50% más, según los datos aportados por la segunda operadora de ITV en todo el mundo. De esta forma, ya se sitúa como el cuarto mayor quebradero de cabeza de los conductores cuando someten sus coches a examen, solo por detrás de los 172.873 casos de defectos graves en el sistema de alumbrado, los 167.846 en neumáticos y suspensiones y los 114.962 en frenos. Si en 2015 solo un 4,9% de los conductores gallegos se veían privados de superar la ITV por problemas en las emisiones contaminantes, en 2017 este porcentaje ya escala hasta el 9,04%.

La criba de las ITV es mayor en Galicia que en otras comunidades, en donde, pese a repuntar también por el cerco a las emisiones contaminantes, el porcentaje de rechazos repuntó del 18,8% al 20,3% en 2017. Esta situación se explica en buena medida por el envejecimiento del parque de vehículos en la comunidad. Por las carreteras gallegas circulan ya más vehículos de más de 25 años que de menos de cinco, lo que eleva su antigüedad media hasta los 15 años, frente a los 12,2 años que registra la media estatal, algo que reduce las probabilidades de superar el examen a la primera.