La novedad del marco legal que se estrena este verano está suponiendo un quebradero de cabeza para las comisiones de fiestas que organizan este verano las aproximadamente 4.000 verbenas populares, que se enfrentan a la necesidad de lidiar con una nueva burocracia, suscribiendo un seguro de responsabilidad civil proporcional al público que espera acoger -bastará una declaración responsable de que se ha firmado la póliza-, nombrando a un responsable del evento y contratando la elaboración de un plan de seguridad, lo que supone un coste adicional de varios cientos de euros en algún caso.

"Existe controversia", reconoce Manuel Mirás, vicepresidente de la Fegamp y alcalde Oroso, que conoce el mundo de las verbenas porque hace décadas tocó la batería en una orquesta. "En los eventos de las grandes orquestas, sus planes de seguridad suelen estar perfectamente controlados, en las verbenas que son casi fiestas familiares aún hay dudas con la nueva ley", reconoce, si bien confía en que se trata de una cuestión de adaptación al nuevo modelo. Pero estas no son las únicas novedades de un texto que generó polémica sobre los conciertos en los bares sin licencia para ello. A partir del lunes, la concesión del permiso será competencia exclusiva del concello. Además, se castigará la reventa con multas de entre 300 y 30.000 euros y se establecen no solo obligaciones para el público que acude a espectáculos, sino también para los artistas que los protagonizan.

La suspensión o "modificación esencial" del contenido de un espectáculo "sin causa justificada" o la negativa a actuar serán consideradas a partir de ahora una infracción grave con sanciones que irán de 301 euros a 30.000, igual que comportamientos que generen "alteraciones del orden" o "situaciones de peligro para el público".