La carrera sucesoria para liderar el PP nacional está a punto de culminar la primera etapa con la votación en primera vuelta el próximo jueves día 5. Las dos grandes rivales en la pugna por tomar las riendas del partido desembarcaron esta semana en Galicia en busca del contagio del efecto Feijóo. El pasado miércoles, Soraya Sáenz de Santamaría tiró de abanico en A Coruña para captar los votos que auparon a San Caetano con tres mayorías absolutas al líder del PP gallego, uno de los candidatos que sonaban con fuerza en las quinielas como relevo de Rajoy pero que finalmente no dio un paso al frente y optó por quedarse al mando del Gobierno autonómico. Ayer su contrincante en la pugna, María Dolores de Cospedal, también cortejó a Alberto Núñez Feijóo -al que situó como "referente" y "modelo de "consenso y concordia"- y éste no ocultó su sintonía con la exministra de Defensa: "No viene aquí a aprender, ha servido al PP y a España desde el Gobierno y la oposición".

En un acto con afiliados en A Coruña, Feijóo celebró el eslogan de campaña de Cospedal para estas primarias - El partido, primero-, que vio tan "claro y diáfano" como el suyo en las autonómicas de 2016 y que, advirtió, "si este eslogan es votado por la mayoría, hay que cumplirlo". En su intervención, el líder de los populares gallegos reconoció que el PP tiene que renovarse desde la base y reconstruir su propia casa. Su discurso estuvo cargado de paralelismos con la situación que se vivió en Galicia durante la moción de censura de 1987, que entonces apeó el gobierno de Alianza Popular de la Xunta; y tras la que, dos años después, Manuel Fraga ganó las elecciones. "Por tanto se repite la historia y podemos hacer algo grande", aventuró Feijóo al tiempo que enlazó su intervención con las advertencias previas de Cospedal sobre el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez. "Va a subir los impuestos porque tiene compromisos [con quienes le apoyaron y para conceder] más privilegios a quienes le apoyaron", cargó el líder del PP gallego. "Y los vamos a pagar -sentenció- nosotros".

La exministra de Defensa se deshizo en halagos al presidente de la Xunta, al que situó como "referente" y "modelo de consenso y concordia" y lo puso como ejemplo de "cómo se tienen que hacer las cosas bien" para que haya -según citó- solidaridad entre el mundo rural y el urbano; así de cómo defender el gallego al mismo tiempo que el castellano "en concordia".

Ante más de un centenar de militantes en la sede del PP de A Coruña, Cospedal abogó por que el proceso para el relevo en la Presidencia del PP permita "reconstruir el partido", advirtiendo de que no puede haber "equivocaciones" que acaben acercando a los populares a otras formaciones, como Ciudadanos. "La renovación no puede pasar por que ahora queramos ser todos como otros partidos que no son el nuestro, a ver si nosotros nos vamos a acabar pareciendo a Ciudadanos", dijo rechazando que el PP se convierta "en un partido de la superficialidad y de pantallas de televisión", porque se trata de "un partido de gente, de afiliados de base, de concejales". Un argumento que le ha servido también de base para atacar a otras formaciones políticas. "Ya sabéis que hay partidos que son solo él, que si Rivera ha salido de una manera o de otra, que si hace un anuncio, o partidos con presidentes en el Gobierno que si qué bonitas son las manos, o que si ahora me pongo o me quito las gafas", concluyó.