El sector de la construcción en Galicia ya se ha recuperado tras la crisis. O eso es al menos lo que muestran las grandes cifras. Es cierto que la caída tras la explosión de la burbuja inmobiliaria fue abrupta y aún no ha conseguido recuperar el nivel que tenía entonces, pero por lo menos ya suma más de tres años de crecimiento.

Pero esta recuperación no se traslada a los trabajadores. Sigue sin generar nuevos puestos de trabajo pese a crecer desde finales de 2014. En la última década se han volatilizado más del 50% de los empleos que tenía el sector de la construcción en la comunidad: desde los 152.400 que sumaba a finales de 2007 se han desplomado a los 65.800 que había en el primer trimestre de 2018.

Entre 2000 y 2007, el empleo en la construcción creció a una tasa media del 4,1%. A partir de 2008 se produjeron abruptos descensos hasta 2014. La caída media anual en esos años fue del 10,6%. A partir de 2014, el sector volvió a números positivos. El año 2015 lo cerró con un incremento de negocio del 2,6%; el 2016, del 1,6% y el 2017, del 3,5%. Y el primer trimestre de 2018, según el informe Seguimiento e análisis da construcción, que acaba de publicar el Instituto Galego de Estatística (IGE), la subida ha vuelto a ser del 3,5%. Es decir, el sector del ladrillo en la comunidad encadena ya 14 trimestres al alza (desde el último de 2014). Pero ese buen comportamiento no se traslada a los puestos de trabajo.

En estos tres años y medio en positivo, lejos de aumentar el número de efectivos, los ha perdido: 1.800. Un 2,6% menos. Por segundo año, la construcción destruyó empleo en la comunidad. Lo hizo en 2016 y lo repitió en 2017. En estos dos ejercicios desaparecieron casi 10.000 puestos de trabajo al caer el número de ocupados hasta los 65.700. Fue la segunda cifra más baja de la última década. Solo les superan los 65.300 que había a finales de 2014. En el primer trimestre de 2018, casi se roza este número con los 65.800 que se contabilizaron. La construcción crece, pero es incapaz de aumentar su volumen de empleados.

El sector del ladrillo en Galicia llegó a dar trabajo a 152.000 personas en los tiempos álgidos del boom inmobiliario. Era finales de 2007 cuando la burbuja estaba a punto de reventar. A partir de ese momento, llegó la crisis y se llevó por delante más de la mitad de los puestos de trabajo.

Durante 2014 y 2015, la construcción en la comunidad gallega volvió a necesitar mano de obra y los contratados aumentaron hasta los 75.300. Pero fue un espejismo. A partir de ese momento, el número de ocupados no ha parado de caer. El volumen de negocio del ladrillo creció un 2,6% en 2015; un 1,6% en 2016 y un 3,5% en 2017. Pero este buen comportamiento de los tres últimos ejercicios no sirve todavía para contrarrestar el desplome que se produjo durante la crisis. En 2010, 2011 y 2012 hubo caídas por encima del 10%.

El resto de variables que sirven para medir la salud del sector son positivas. Además de llevar más de tres años de crecimiento, su peso en el PIB gallego crece, las transacciones inmobiliarias también aumentan y también lo hace la construcción de viviendas.

Las buenas cifras de los últimos meses han permitido que el peso de la construcción dentro del PIB gallego también haya aumentado al pasar del 6% con el que cerró 2017 al 6,1% del primer trimestre de 2018. Sin embargo, y al igual que sucede con el crecimiento del sector, su peso en el PIB de la comunidad también se encuentra lejos de la época de bonanza y es casi la mitad del 11,1% que representaba en 2008.

Además del crecimiento del sector y del PIB, otra de las variables que está funcionando es la compraventa de viviendas. En los tres primeros meses del año se realizaron 3.946 transacciones, un 11,3% más que en el mismo periodo del año pasado. El mercado de viviendas nuevas cada vez tiene menos peso. Del 44% que representaba en 2007 ha pasado al 20% del primer trimestre de 2018. En cambio, las usadas han aumentado del 51% al 78%. La compraventa de viviendas de protección oficial es casi residual: un 0,9% cuando en 2010 llegó a representar el 4%.

Y la construcción de viviendas continúa con la recuperación. Durante los dos primeros meses del año se dieron 158 licencias para la edificación de edificios. Fue un 19% más que el año anterior. Tras siete años de caídas de las licencias -entre 2008 y 2014-, en algunos casos superiores al 50%, esta variable volvió a entrar en positivo en 2015 (+1,7%), se recuperó en 2016 (+6,8%) y creció con fuerza durante el pasado año (+14,6%).