Ourense está marcada en rojo en los mapas de actividad incendiaria. Es la provincia gallega que suma más incendios forestales en sus montes y la que concentra la mayor superficie de alto riesgo frente a la amenaza de las llamas. Un peligro que en octubre del año pasado mostró su peor cara en una ola de incendios que tiñó primero de rojo y después de negro Galicia, en especial el sur de la comunidad. A las puertas de la nueva campaña, la Xunta ha aprobado y publicado el Plan de Prevención e Defensa Contra os Incendios Forestais (Pladiga) en el que Ourense se mantiene como la provincia más vulnerable.

Un total de 62 de los 92 concellos de la provincia permanecen desde 2007 como "Zona de Alto Riesgo", lo que exige acciones más intensas de vigilancia, disuasión e investigación que en el resto del territorio. Tan solo un tercio de los municipios de Ourense se salva de esta clasificación.

Dentro del plan de prevención de incendios, dentro de los ayuntamientos de alto riesgo se priorizan las actuaciones en las parroquias en las que la actividad incendiaria es alta, ya sea por la reiteración de fuegos o por su gran virulencia.

El Pladiga 2018 contabiliza un total de 77 parroquias en Galicia bajo esta consideración, de las que 52 están en provincia de Ourense (casi el 70%), distribuidas en 28 ayuntamientos. Esto supone que dos de cada tres puntos de máxima alerta están en Ourense. Este año han salido del listado las parroquias de Cudeiro, en la capital; Cernado, en Manzaneda; y Lucenza, en Cualedro. Pero se incorporan nueve que no figuraban el pasado año: Castro de Escuadro (Maceda), Santiago de Vilamarín (Vilamarín), San Cibrán de Padrenda (Padrenda), Requeixo (Chandrexa de Queixa), San Mamede de Trives (A Pobra de Trives), Prado de Limia y Requiás (Muíños) y San Paio de Araúxo, en Lobios.

Las parroquias señaladas en el mapa ourensano por su elevada actividad incendiaria y el notable impacto que el fuego ha tenido en su territorio registraron un total de 1.260 incendios forestales en los últimos cinco años. En número de siniestros, O Pereiro, de A Mezquita, es la parroquia más afectada, con 99 fuegos contabilizados este lustro, seguida de Montes, en Santa Baia, que suma 81, y A Granxa, en Oímbra, con 56.

En relación con la superficie quemada, el listado de zonas con mayor incidencia de los incluye también las que registraron fuegos de gran virulencia en los últimos diez años. Las que componen la relación suman 50.000 hectáreas devoradas por el fuego en reiterados incendios en la última década. La más dañada en cuanto a superficie quemada durante este período es la de San Paio de Araúxo, en Lobios, con 14 fuegos el último lustro y casi seis mil hectáreas (5.970,44 hectáreas) en diez años.

En Cernado, Manzaneda, la superficie calcinada en la última década asciende a 3.921,50 hectáreas, y en Camba, Laza, ardieron casi tres mil hectáreas.

El distrito Verín-Viana es el que más actividad incendiaria concentra. Solo en A Gudiña se sitúan seis de las 52 parroquias con mayor impacto del fuego en Ourense, en las que se registraron 189 fuegos en el último lustro.

En la comunidad gallega hay un total de 20 parroquias que requieren un seguimiento más exhaustivo y mayor vigilancia en materia de prevención por la virulencia de sus fuegos, de las que 16 están en la provincia de Ourense.