Quemas de rastrojos descontroladas. Es el principal motivo de los juicios por delitos de incendio forestal celebrados en Galicia. Y es que cuando hay intencionalidad detrás de un fuego es más complicado presentar ante un juez o un jurado una causa bien armada ya que la falta de pruebas contundentes e incluso las dudas o el olvido que provoca el paso del tiempo en los testimonios de vecinos y del entorno del sospechosos dan al traste con cientos de investigaciones. Para garantizar que las pesquisas llegan al final del proceso, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad siguen los pasos de los incendiarios reincidentes como método disuasorio. Galicia es pionera en este plan de seguimiento, puesto en marcha tras la ola de incendios de 2006 con la creación de un censo de sospechosos que año tras año suma nuevos nombres a la lista.

En la actualidad, son casi un centenar los sospechosos en el punto de mira durante la época de máximo riesgo, que por primera vez se extiende hasta el 31 de octubre. En el primer semestre de este año, fueron detenidos 63 incendiarios en Galicia.