El pasado mes de julio, fue el primero tras tres años de incrementos consecutivos en el que los establecimientos hoteleros gallegos recibieron menos turistas, confirmando así las previsiones del sector, que anticiparon como causas las adversa condiciones meteorológicas y la competencia del Levante por el mercado español. Sin embargo, las reducciones del 15% en clientes y del 11% en pernoctaciones respecto al mismo periodo del año anterior se tradujeron en un descenso más moderado de la rentabilidad, que se contrajo solo un 3,3% hasta los 33,5 euros por habitación, según los datos de la Coyuntura Turística Hotelera elaborados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

El motivo de esa amortiguamiento radica en la subida de precios del sector hotelero, que se situó en el 2,48% hasta situar el precio medio por habitación en 63,18 euros por noche, la sexta cifra más baja de España.

La tendencia positiva de los últimos tres años se rompió en julio, pero el sector ya había avisado de ello nada más comenzar el mes de agosto, señalando su caída de actividad como consecuencia de dos fenómenos. El primero, incontrolable: la adversa meteorología a la que se enfrentó Galicia durante el primer mes vacacional. El segundo, un desafío: la competencia del Levante, especialmente por captar turistas del mercado nacional. A nivel estatal, las pernoctaciones disminuyeron un 2,2% y los viajeros, un 1,8%.

De hecho, el grado de ocupación descendió algo más de tres puntos, pasando del 55,89% de julio del año pasado al 52,76%. La provincia de Pontevedra sufrió la mayor contracción, al caer del 61,06% al 56,16%, seguida de Lugo (del 46,95% al 42,35%) y A Coruña (del 58,2% al 56,71%). En este punto, Ourense destaca como la única provincia en que el sector hotelero mejora su nivel de ocupación, aunque levemente: del 35,48% al 35,83%.

Estos datos negativos comparados con un año récord como fue 2017 contrastan con el ligero incremento de la estancia media de los turistas, nacionales y extranjeros, que se alojaron en los hoteles gallegos, que además del Levante y otros territorios, cuentan con la competencia de los pisos turísticos. En julio del año pasado, cada viajero pasaba una media de 2,16 días alojado en Galicia, dato que este ejercicio se situó en 2,27.

La Xunta optó ayer por hacer balance de los siete primeros meses del año e interpretó que "el turismo se consolida en Galicia con mejoras en las tarifas y en la estancia media", del 5% y del 2,5%, respectivamente, tras cinco años de "intensos crecimientos".

Impacto

También destacó que el sector hotelero hubiese recibido hasta julio 2.201.183 turistas que realizaron 4.301.529 pernoctaciones, si bien esas cifras suponen unas caídas del 7,9% y del 4,7%, respectivamente. En el caso de julio, el Ejecutivo autonómico, mediante un comunicado, recuerda que durante ese mes "la climatología no fue la mejor", un apunte análogo al del sector.

La Xunta también destaca el impacto del sector hotelero al haber obtenido entre enero y julio unos ingresos de 145 millones de euros. Además, en ese último mes, dio empleo, según el INE, a 8.745 personas, apenas 68 más que el mismo periodo del año pasado. A la cabeza de esta estadística se sitúa Pontevedra con 3.800 trabajadores, si bien, pierde 116. Le siguen A Coruña (3.036), Lugo (1.156) y Ourense (753).

El Eje Atlántico concentró la mayor parte de la actividad hotelera durante el pasado mes de julio. Ocho de cada diez viajeros hospedados en la comunidad eligen A Coruña y Pontevedra, que recibieron 214.659 y 189.805 visitantes, respectivamente. Suponen una caída casi igual del 12%, en el primer caso, y del 12,5%, en el segundo. Lugo pierde un tercio hasta los 62.595 y Ourense, un 3,5% hasta los 30.634.