Entre el 13 y el 16 de octubre del año pasado se emitieron a la atmósfera 2,1 millones de toneladas de dióxido de carbono a causa de la ola de incendios que asoló la provincia de Pontevedra y quemó 43.541 hectáreas. En todo un año, las industrias gallegas emiten 14 millones de toneladas de CO2. En cuatro días, los incendios liberaron el 14%. ¿Y cuánto costaría limpiar esos 2,1 millones de toneladas? Casi 72 millones de euros, según el estudio Los incendios forestales y su impacto económico: propuesta para una agenda investigadora. Es el primer trabajo sobre los daños de los grandes fuegos de hace un año en la provincia de Pontevedra. Las profesoras de Economía María Loureiro y María Alló querían poner de relieve que los perjuicios de la acción del fuego no son solo para el sector maderero, un sector que perdió en cuatro días y solo en Pontevedra casi 57 millones de euros por los pinos y eucaliptos calcinados, según el mismo estudio. "El impacto es mayor", explica María Loureiro, docente de Análisis Económico de la Universidade de Santiago y que ya fue la encargada de elaborar la prueba pericial de los daños del accidente del Prestige. "La mayoría de las estimaciones presentan solo los daños directos a los propietarios de la madera, menospreciando una serie de gastos adicionales y costes a la sociedad", explican en su trabajo, que acaba de publicar la Revista Galega de Economía.

Cuando una empresa contamina más allá del cupo permitido debe pagar por sus excesos una cuota fija por cada tonelada que emita demás de CO2. Este coste varía según la oferta y demanda del mercado de emisiones, y con la crisis está a la baja, pues las industrias contrajeron la actividad, pero a nivel internacional hay un coste medio fijado que permite monetizar el valor del daño causado por cada tonelada de dióxido de carbono (33,22 euros por tonelada). Los daños por los fuegos de hace un año en Pontevedra serían de 72 millones. Habría que sumar otros 10,5 millones de pérdidas en lo que va de año porque al arder bosque se pierden sumideros de carbono, es decir, capacidad para retener carbono. En Pontevedra se quemaron 27.230 hectáreas de bosque, y se perdió en 12 meses la capacidad de retener 316.505 toneladas de CO2.