En la primera mitad del año, los trabajadores del sector público en Galicia eran 194.700. Es la cifra más alta desde el primer trimestre de 2012. Esta es la parte buena de la estadística, que dibuja una mejora del empleo público después de la caída abrupta que se produjo durante la crisis y que tocó fondo a mediados de 2013 cuando el número se desplomó hasta los 172.900: 21.800 menos (-12,6%).

La parte mala es que el crecimiento afecta a la calidad de esos contratos. El aumento ha venido, sobre todo, por parte de los trabajadores temporales. Hasta junio trabajaban en alguna de las administraciones públicas que operan en la comunidad (Xunta, Estado, concellos, diputaciones y universidades) 147.700 personas con contrato fijo. Es cierto, que es la cifra más alta desde septiembre de 2015, pero es solo un 2,5% superior a la de 2005.

En el caso de los empleos públicos temporales ascendían a 46.900 a finales del pasado semestre. Es la cantidad más elevada desde marzo de 2012, pero mientras que en comparación con hace cinco años los trabajadores con contrato aumentaron un 2,5%, los temporales se dispararon un 62,2%. En cifras absolutas, los 21.800 empleos públicos de diferencia con respecto a hace cinco años son consecuencia del incremento de 3.800 contratos fijos (de 143.900 a 147.700) y la subida de 18.000 temporales (de 28.900 a 46.900).

La tasa de temporalidad del empleo público en Galicia se mantiene en los últimos tres años entre el 21 y el 24%. En el primer semestre, el 24,1% de los trabajadores públicos eran temporales, 3,5 puntos porcentuales por debajo de la registrada en sector privado (27,6%).

A nivel nacional, el 24,9% eran temporales, lo que supone la tasa más elevada desde el último trimestre de 2009. En total, de los 3.117.800 trabajadores que desarrollan su actividad en el sector público, 777.100 lo hacen mediante un contrato temporal. Entre los asalariados del sector privado, el 27,2% trabaja con un contrato de duración determinada (3.579.900).

País Vasco (35,3%), Extremadura (34,1%), Baleares (32,7%) y Asturias (30,2%) son las comunidades que muestran una mayor tasa de empleados públicos con contratos temporales. A continuación se sitúan Canarias (29,9%), Navarra (29,8%) y Cantabria (28,6%). Por encima del 25% y de la media nacional (24,9%), también se encuentran Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, La Rioja, Cataluña y Murcia. En el lado opuesto, con las tasas más bajas, aparecen Galicia (24,1%), Aragón (24%), Andalucía (22,4%), Castilla y León (22,1%) y Madrid (18,7%).

En términos absolutos, Andalucía (130.000), Cataluña (106.100) y Madrid (86.600) son las comunidades que tienen más empleados públicos con contratos temporales. Estas tres concentran el 41,5% del total.

La Xunta es consciente de la elevada tasa de temporalidad del empleo público en Galicia. Sin embargo, matiza que es una situación a nivel nacional, ya que en todos los servicios sanitarios del sistema nacional de salud "se está produciendo en los últimos años un incremento de la temporalidad del personal estatutario" derivado de la legislación presupuestaria estatal, que limita la tasa de reposición de efectivos establecidos. La mala calidad de empleo público y la alta tasa de temporalidad no son las únicas variables negativas a las que se enfrentan las distintas administraciones en Galicia. Tres cada diez empleados públicos de la comunidad tienen 55 o más años. Esta cifra supone que más de 50.000 trabajadores se jubilarán en los próximos 10 años. Las diferentes plantillas en lugar de rejuvenecerse han envejecido. Si hace siete años los asalariados públicos con más de 55 años eran 34.200, ahora son 51.000. Un 50% más.