El cuarto plenario de En Marea de hoy será el tercer asalto del combate entre la dirección liderada por Luís Villares y los críticos, encabezados por las cúpulas de Anova, Esquerda Unida, las mareas que gobiernan en A Coruña (Marea Atlántica), Santiago (Compostela Aberta) y Ferrol (Ferrol en Común). El cónclave servirá para aprobar la hoja de ruta política a corto plazo, con las elecciones municipales y europeas en mayo, y las reglas para las primarias de comienzos de diciembre.

La clave reside, de nuevo, en la movilización de fuerzas, un aspecto en el que interviene un elemento diferencial: el nuevo liderazgo de Podemos. Antón Gómez-Reino y varios miembros de su candidatura defendieron la alianza con En Marea y criticaron a su antecesora, Carmen Santos, por no involucrarse en el partido instrumental y negarse en 2016 a firmar una alianza que diluyese su marca, como había pedido Pablo Iglesias hasta que, en el último momento, este autorizó la cesión. Está por ver si mantienen el mismo ideario ahora.

En el último plenario, celebrado el pasado marzo, acudieron 240 inscritos, la mitad que en el anterior, síntoma de desmovilización en la formación que lidera la oposición autonómica con 14 diputados. El censo de inscritos roza los 3.000, según informó esta semana la coordinadora de En Marea. Una baja participación reflejará la escasa implicación de las organizaciones y mareas más críticas.

La cita debatirá un aspecto político y otro procedimental. El primero versa sobre la estrategia a adoptar en las municipales y europeas. El plan del sector oficialista propone rebajar la crítica al Gobierno socialista de Pedro Sánchez para reforzar una alternativa al PP de Feijóo en Galicia.

En el terreno procedimental, la dirección da por cerrado el censo para votar en unas primarias con candidaturas en bloque por provincias.