El turismo gallego marcó récord el año pasado en ocupación, precios y rentabilidad. Pese a ser complicado superar ese listón el sector siguió una tendencia positiva también este ejercicio, sobre todo en los meses de temporada baja. Aunque el verano es la época alta para los hoteles y cuando aprovechan para hacer caja para el resto del año, este 2018 fueron precisamente los meses de julio y agosto los que más se resintió la actividad para luego volver a la senda positiva en septiembre, Y en octubre volvió a caer el número de pernoctaciones en un 6,2% hasta las 760.631 y también el de viajeros en casi un 10% con la llegada de 387.504 turistas, según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

A pesar de los vaivenes de los últimos meses, los empresarios turísticos de la comunidad tienen buenas expectativas para el cierre del año. Tres de cada diez hoteleros -el 27,2%- esperan que los resultados mejoren hasta final de año y la mitad confía en, por lo menos, mantener las cifras con las que se cerró el ejercicio de 2017, según la Encuesta de Confianza Turística Empresarial publicada por la patronal Exceltur. La cuarta parte, sin embargo, son más pesimistas y no les salen las cuentas, por lo que auguran una caída de los beneficios anuales en comparación al año pasado. La comunidad gallega es la sexta con mejores perspectivas de crecimiento por detrás de Madrid -donde la mitad de los hoteleros prevén cifras positivas- junto con País Vasco, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Murcia, en las que más del 30% de los consultados también calculan incrementar sus ingresos respecto a hace un año. Además, estas seis autonomías son las únicas en las que las expectativas de mejora de negocio sigue estando por encima de las de empeoramiento. En la España Verde, mientras en los alojamientos de Galicia y País Vasco las previsiones son al alza, en Asturias y Cantabria el efecto es el contrario y se sitúan al final de la lista. Solo uno de cada diez empresarios turísticos asturianos cuentan con incrementar sus beneficios este año, mientras que entre los cántabros ninguno de los entrevistados espera mejora y la mitad se conforma con llegar a las cifras de 2017.

Para la directora xeral de Turismo, Nava Castro, el repunte de las tarifas y los ingresos hotelera en la comunidad gallega está avalada "por la consolidación de la calidad en el sector", una actividad que supone el 11% del PIB y el 12% del empleo.

La rentabilidad es una de las asignaturas pendientes del sector y aunque los datos siguen a bastante distancia de la media nacional el pasado octubre los hoteles gallegos ocuparon el 40% de sus plazas -20 puntos menos que en el resto de España- por las que facturaron un 2,2% más en comparación al año pasado al obtener casi 57 euros por cada habitación.