Una de las especies que están resultando más molestas y dañinas para Galicia, no solo por el peligro para los alérgicos, sino también en el aspecto económico, es la avispa asiática. Es casi una recién llegada, pero solo hasta este verano se habían eliminado desde 2012 casi 50.000 nidos. Aunque Medio Rural sostiene que los gallegos están condenados a convivir con el insecto, aparece en el apartado destinado a la gestión de especies exóticas invasoras de la Consellería de Medio Ambiente, donde coincide con en torno a medio centenar más de enemigos, tanto flora como fauna, que la Xunta pone en el punto de mira, aunque tiene sus prioridades.

Como explican desde el departamento que dirige Ángeles Vázquez, la Xunta está actuando de forma "prioritaria" sobre la erradicación "temprana", antes de que sea demasiado tarde, de "focos de invasión" de especies animales y vegetales que considera de "alto riesgo", una lista que incluiría el mapache, el bambú japonés y la grandiflora, un tipo de vegetal.

El Ejecutivo gallego alega que los resultados técnicos después de un análisis de riesgos aconsejan que la estrategia actual de gestión de estas especies debe ir dirigida a la contención local -es decir, intentar que no salgan de un territorio determinado- y al cuidado de los sitios prioritarios destinados a la protección de especies y hábitats.

Tal y como consta en la información facilitada por la Xunta, se trata de especies cuya expansión es todavía localizada, aunque en concreto con el mapache, que ha llegado desde el otro lado del océano Atlántico, la Administración autonómica reconoce que en la actualidad aparecen ejemplares, vivos o atropellados, por "toda" Galicia.

En el caso de la Ludwigia grandiflora, otra invasora "americana" y una planta herbácea que enraíza bajo el agua y destaca por su "gran capacidad de colonización y propagación", la Xunta recoge en su web que solo se localiza en una zona de Ourense, en el Concello de Sandiás.

Finalmente, el bambú japonés, que también llega desde los confines asiáticos como la avispa que tantos dolores de cabeza provoca a quienes poseen colmenas o tienen alergia, también tendría una "escasa distribución" en Galicia. No obstante, la Xunta advierte de que la elevada dispersión de los puntos en los que se detectó numerosos focos de A Coruña, aunque por extensión afecta sobre todo a Pontevedra -incluso se encuentra en "parcelas urbanas de la ciudad de Vigo"- sugiere que está protagonizando un proceso de "colonización rápida" de nuevas localidades y que la superficie ocupada varía. El bambú japonés, además, tiene el dudoso honor de figurar entre las cien especies más buscadas, es decir, entre las consideradas más peligrosas del mundo por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, la autoridad mundial en estos asuntos.

Explica la Xunta que las plantas emergentes dañan los elementos urbanos agrietando el asfalto y el hormigón; que pueden ser fuente de trifulcas entre vecinos por la dispersión a las parcelas colindantes o porque su presencia en la ribera de un río "puede aumentar el riesgo de inundaciones al reducir el flujo de la corriente abajo y/o taponar las vías de desagüe existentes". No solo crece, sino que deja crecer: quita el sol a especies nativas y puede "impedir" su regeneración. La otra planta herbácea, la grandiflora, también se expande por el río y además, según su ficha, es de "difícil control".

Si las plantas pueden ir ganando territorio a partir de la expansión de sus semillas o rizomas, lo tienen más fácil quienes tienen patas para correr de un lado para otro, como el mapache. Este animal tiene algo en común con otro "bicho" que preocupa a la Administración gallega, el visón americano. A ambos les gusta la carne y su menú puede incluir aves, y no precisamente pollos de granja.

En sus respectivas fichas, la Xunta explica que los mapaches son "voraces y oportunistas" y que de ese modo pueden provocar daños en especies autóctonas, por ejemplo a aves acuáticas y marinas (como ocurre con el visón), aunque también sería depredador de invertebrados acuáticos del país y de tortugas. Sin contar que puede ser un vector transmisor de enfermedades.

El visón americano merece una mención específica junto al bambú, el mapache y la hierba de la Pampa en los presupuestos de la Xunta. Medio Ambiente explica que la introducción de especies exóticas con comportamiento invasor se considera la segunda causa de extinción de las especies y segundo problema ambiental, además de provocar "enormes daños económicos" en sectores "relevantes, como la agricultura, la pesca" o el "forestal".

En ese contexto, el Gobierno gallego indica que proseguirá con las medidas destinadas a erradicar o a controlar las poblaciones, en función de las prioridades, y, en concreto, explicita la necesidad de desarrollar planes de "detección temprana y actuación rápida" frente a estas especies, que "suponen en la actualidad un elevado riesgo".